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La Oficina del Censo de EE.UU. publicó el martes 16 de septiembre las cifras de 2013 sobre la pobreza en el país. Los resultados son mixtos: los niveles de la pobreza han disminuido pero no lo suficiente. De hecho, los cambios son tan mínimos que no son estadísticamente significativos para la mayoría de los grupos. Dos de los cambios positivos en los números son los de los niños y los latinos, quienes vieron disminuciones decentes en términos de sus tasas de pobreza y del número total de individuos viviendo en la pobreza. Pero el hecho sigue siendo que los niveles de pobreza no han vuelto a los números de antes de la recesión para ningún grupo, los salarios continúan estancados y los ingresos familiares continúan sin cambio.

Analicemos esto con más profundidad. Vale la pena recordar que la pobreza se define como vivir sobre la línea de la pobreza o por debajo de la misma, lo cual para una familia de cuatro miembros en 2013 era $23.834. Sí, ése no fue un error tipográfico, el 6 no debería estar en lugar del 2. No sé cómo una familia puede sobrevivir con menos de $30.000 pero esa es una discusión para otro día.

Volviendo al tema de los números: 14,5 por ciento de los estadounidenses vivieron en la pobreza en 2013 – eso representa más de 45 millones de personas, incluyendo 13 millones de latinos. Mientras que la tasa de la pobreza es menor de lo que era en 2012, es una disminución de solo .5 por ciento. Entre los latinos, la disminución fue de unos 2 respetables puntos porcentuales – disminuyendo de 25,6 por ciento en el 2012 a 23,5 por ciento en 2013.

La tasa de la pobreza entre los niños latinos también bajó por tercer año consecutivo. En 2013, la tasa de la pobreza entre los niños hispanos era 30,4 por ciento, en comparación con 33,8 por ciento en el 2012 y 34,1 por ciento en el 2011. Pero queda claro que todavía tenemos mucho trabajo por delante: hay 5,4 millones de niños hispanos que viven en la pobreza, más que cualquier otro grupo; y nuestros niños tienen una de las tasas de pobreza más altas entre los grupo raciales o étnicos con más del 30 por ciento.

Aunque la economía mejoró en 2013, ésto no se ha traducido en mejores resultados económicos significativos para trabajadores de bajos ingresos o para la clase media. El ingreso familiar promedio quedó prácticamente igual entre 2012 y 2013, manteniendo su caída continua de 14 años debido en gran parte a los salarios estancados. A pesar de que los ingresos para los latinos crecieron de $39.572 a $40.963 en 2013, es todavía más bajo de los $43.025 que ganaron los hispanos en 2006.

También vale la pena recalcar que millones de latinos están trabajando con salarios a nivel de la pobreza. Aunque la tasa del desempleo para los hispanos disminuyó entre septiembre de 2012 y agosto de 2013 – de 8,9 por ciento a 7,5 por ciento – más del 40 por ciento de los trabajadores latinos ganan salarios al nivel de la pobreza.

Estas cifras no son una realidad que no podemos cambiar. Como escriben mis colegas Rebecca Vallas y Melissa Boteach, existe un número de soluciones para revertir estas tendencias. Por ejemplo, aumentar el salario mínimo a $10,10 por hora a 6,8 millones de Latinos; buenos trabajos – con salarios justos y beneficios como tiempo libre pagado por razones médicas y familiares, y días libres pagados por enfermedad – también ayudaría a sacar a las personas de la pobreza. Es más, inversiones clave en educación, capacitación laboral y servicios para cuidado de los niños mejorarían el sustento de todos los estadounidenses, incluyendo a los latinos. Y no nos olvidemos de la reforma inmigratoria para ayudar a que los trabajadores que ya están contribuyendo a la economía de nuestra nación ganen un buen salario para sostener a sus familias.

Pero el Congreso parece determinado en empeorar las cosas. En 2013, este Congreso aprobó recortes en todos los ámbitos que afectaron a la educación, capacitación laboral y servicios para cuidado de los niños, junto con reducciones a la asistencia alimentaria, viviendas, y otros programas vitales para familias de bajos recursos. El Congreso debe cambiar de rumbo e invertir en la creación de trabajos, aprobar una reforma migratoria integral, aumentar el salario mínimo y decretar medidas para mejorar la seguridad económica de todas las familias.

Para los latinos, esto es muy importante. Mientras que la reducción de la pobreza en nuestra comunidad es una buena noticia durante un tiempo muy desalentador (dado la falta de movimiento en temas que nos importan, como la reforma migratoria), todavía queda mucho que hacer. Estas nuevas cifras es otro aviso que es necesario aumentar nuestro poder y nuestra influencia a fin de elegir líderes en el Congreso que se concentren en establecer y fortalecer la escalera de oportunidad para todos los estadounidenses – incluyendo a los latinos.

Vanessa Cardenas es vicepresidenta de Progress 2050 en el Center for American Progress, donde se concentra en la intersección de la política y la raza, con enfoque especial en los cambios demográficos, la inmigración, y los temas de relevancia para la comunidad latina en EE.UU.

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