La Habana, 15 ene (EFE).- El levantamiento parcial de las sanciones a Cuba anunciada por Estados Unidos sorprendió hoy a los habitantes de la isla por la rapidez de la entrada en vigor de las nuevas medidas, sin que de momento se hayan producido reacciones oficiales del Gobierno de Raúl Castro.
Las enmiendas a más de medio siglo de sanciones permitirán utilizar tarjetas de crédito estadounidenses en Cuba y que bancos del país norteamericano creen cuentas instituciones financieras cubanas para facilitar transacciones.
Los estadounidenses que viajen a la isla caribeña podrán importar bienes hasta un valor de 400 dólares para uso personal, “incluyendo no más de 100 dólares de productos alcohólicos y de tabaco”, algo que permitirá disfrutar de los codiciados puros cubanos.
El límite de envío de remesas aumentará de los 500 a los 2.000 dólares (excluidos funcionarios del Partido Comunista de Cuba) y, en algunos casos de proyectos humanitarios, no habrá limitaciones.
Los estadounidenses que tengan autorización para viajar a Cuba podrán llevar hasta 10.000 dólares como remesas familiares o como donaciones a organizaciones religiosas o por motivos educativos.
A primera hora de este jueves, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos divulgó los reglamentos que relajan las restricciones que limitaban los viajes de los norteamericanos y prohibían intercambios de bienes y capital con Cuba, unas medidas que entrarán en vigor mañana viernes 16 de enero.
Pero en los medios oficiales de la isla la información se hizo esperar y la mayor parte de los cubanos se enteró por la televisión estatal, que mencionó el asunto casi al finalizar su noticiero del mediodía y sin que el tema hubiera sido destacado entre los titulares iniciales.
“Las normas permitirán a los estadounidenses autorizados (a viajar a la isla) utilizar sus tarjetas de crédito en Cuba y llevar de regreso a su país por primera vez en medio siglo pequeñas cantidades de tabaco”, indicó el reporte leído por el locutor de la televisión cubana.
El noticiero de la televisión estatal recordó que el turismo de Estados Unidos hacia Cuba “continúa prohibido” pero los ciudadanos autorizados a viajar “ya no necesitarán permisos especiales del Departamento del Tesoro ni tendrán límites sobre el dinero que podrán gastar diariamente” en la isla.
También se informó del resto de medidas como la posibilidad de que compañías estadounidenses exporten a la isla tecnología telefónica, informática y de internet, o la autorización para que agentes de viaje y aerolíneas puedan viajar al país caribeño sin licencia especial, entre otros cambios.
Y en la calle, los cubanos acogieron la noticia con sorpresa, ya que no esperaban que los cambios se fueran a materializar tan pronto, aunque desean mayor libertad para los viajes entre los dos países, que se facilite la reunificación familiar y agilice los trámites para obtener visados.
“Ojalá pronto pueda haber cambios para que podamos ir allí a ver a las familias y ellos puedan venir a vernos de manera normal”, dijo a Efe Aliuska en la cola de la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana, donde iba a solicitar un permiso para ir a visitar a sus familiares de Miami.
Muchos todavía no se habían enterado de la noticia como la habanera Carmen Garriga que se mostró “muy esperanzada” con estos cambios que se están produciendo “con brevedad y rapidez”.
“Espero cosas positivas, que sean más permisivos con la gente que quiere venir y los que queremos ir”, añadió.
Para Alexander, otro de los que esperaban su turno para trámites migratorios con Estados Unidos, se abren expectativas de que todas esas gestiones para los viajes a uno y otro lado del estrecho de la Florida “sean más rápidos y uno tenga que hacer menos papeleo”.
“Ya es hora de que vayamos resolviendo todos los problemas que tenemos y entrar en relaciones. Los tenemos ahí mismo, no estamos tan lejos”, indicó Guillermo Castillo, que iba a solicitar un permiso para visitar ya por tercera vez a sus dos hijos que viven cerca de Nueva York.
Para Carlos Alberto, un informático de 31 años, el anuncio de hoy es “muy bueno” porque traerá beneficios económicos al país y supondrán “una inyección de capital fresco” y “oportunidades para mejorar los negocios particulares”.
“Lo que quiero es ver a mi país mejor, verlo en el siglo XXI y no a mediados del XX”, resaltó.
Hasta el momento, el único funcionario cubano que se pronunció sobre el tema fue el Historiador de La Habana, Eusebio Leal, quien, preguntado por Efe en una conferencia de prensa, calificó de “magnífico” y “maravilloso” que Washington comience a levantar sanciones a la isla, especialmente en lo que se refiere a los viajes.
“Han reconocido que su política hacia Cuba, hasta este momento, ha sido una política fallida y equivocada”, señaló.
El anuncio de la entrada en vigor de los cambios de EE.UU. hacia Cuba se produce a pocos días de la visita a La Habana, el próximo 21 de enero, de Roberta Jacobson, la secretaria de Estado adjunta de Estados Unidos para Latinoamérica, para iniciar el diálogo con funcionarios cubanos sobre el histórico restablecimiento de relaciones diplomáticas.
Jacobson encabezará la misión diplomática estadounidense de más alto nivel a la Cuba castrista.
Expertos como el exdiplomático cubano Carlos Alzugaray consideran que el levantamiento de estas restricciones activará sectores como el bancario, al permitirse el uso de tarjetas de crédito en la isla, o el turístico con las nuevas posibilidades de negocio para agencias de turismo y aerolíneas.
Los viajes podrían duplicarse
La flexibilización de las restricciones para que los estadounidenses viajen a Cuba duplicará el número de visitantes de EE.UU. y hará descender el “turismo barato”, según las previsiones de los expertos de Havana Consulting Group de Miami.
El economista Jorge Salazar Carrillo aseguró que el número de estadounidenses que viajan a la isla acogidos a las diferentes categorías del programa federal podría pasar de 70.000 u 80.000 visitantes al doble de esas cifras.
Según este experto, la relajación de los requisitos para el viaje generará, probablemente, un aumento de los precios hoteleros y como consecuencia, una disminución del “turismo barato que procede de América Latina y Europa”.
Salazar Carrillo, profesor titular de Economía de la Universidad Internacional de Florida (FIU), precisó también que al subir los precios en la isla por el incremento de visitantes estadounidenses, “caerán de inmediato las ofertas especiales de turismo barato” y los operadores de turismo también se verán en la necesidad de aumentar las tarifas.
No obstante, se mostró convencido de que, “mientras no se permita un turismo abierto sin visado especial”, no se producirá un impacto directo sobre la economía cubana, obligada, dijo, a importar prácticamente el 80 % de los productos que consumen los turistas en Cuba.
Las medidas que entrarán en vigor este viernes han sido detalladas por el Departamento del Tesoro y Comercio de EE.UU. casi un mes después de que el presidente Barack Obama anunciará un cambio histórico para normalizar las relaciones diplomáticas y comerciales con la Cuba castrista.
Las medidas facilitarán los viajes y que las empresas de telecomunicaciones y financieras puedan hacer negocios con Cuba.
Pero el profesor de Economía explica que, “con una producción agrícola, industrial y de servicios colapsada desde principios de la década de 1990”, estos pasos dados por EE.UU. no van a suponer un “impacto sustancial en la economía cubana”.
“El turismo todavía no va a ser de una apertura completa, total”, por lo que el sector de la economía cubana se beneficiará en escasa medida de los viajeros estadounidenses autorizados para visitar la isla, consideró.
Pero, sin duda, el condado de Miami-Dade, con una población cubano-estadounidense cercana al 46 % se convertirá en el “centro de toda la actividad” orientada hacia la isla caribeña, resaltó.