El exmandatario de Uruguay José Mujica pidió al pueblo uruguayo “que haga todo lo posible” para apoyar al Gobierno al de su sucesor, Tabaré Vázquez, integrante , al igual que él, de la coalición izquierdista Frente Amplio.
“Es un día de unidad nacional, de mi parte muchas gracias por lo mucho que me ha dado el pueblo uruguayo”, añadió un emocionado Mujica en declaraciones a la prensa cuando abandonaba la Plaza de la Independencia de Montevideo, donde tuvo lugar la ceremonia de traspaso.
El nuevo mandatario recibió de manos de su antecesor la banda presidencial, un gesto que recordó al que se produjo hace cinco años en la misma ceremonia, cuando la entrega fue a la inversa.
“La voy a cuidar y capaz que te la devuelvo”, dijo en 2010 Mujica al recibir la banda decorada con los colores de la bandera nacional de manos de Vázquez, quien fue el primer presidente de izquierdas en la historia de Uruguay (2005-2010).
El oncólogo Tabaré Vázquez, de 75 años, asumió su segundo mandato presidencial en una intensa jornada, solemne y festiva, que transcurrió entre actos protocolarios y celebraciones populares, y que pasó acompañado de líderes internacionales y arropado por su pueblo.
La investidura tuvo dos partes bien diferenciadas, una en el interior del Palacio Legislativo, donde prestó declaración constitucional junto a su vicepresidente, Raúl Sendic, y otra a cielo abierto, por las calles del centro de Montevideo y en la Plaza de la Independencia, bajo un baño de multitudes.
Los presidentes de Cuba, Raúl Castro; Nicaragua, Daniel Ortega; Chile, Michele Bachelet; Paraguay, Horacio Cartes; Ecuador, Rafael Correa, y Brasil, Dilma Rousseff presenciaron la investidura del nuevo presidente junto con el rey Juan Carlos de España.
Una alta representación internacional que no esconde destacadas ausencias como la de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, cuyo país estuvo presentado por su segundo, Amado Boudou; o la del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a quien “la situación política de su país” le impidió acudir.
Tampoco estuvo el mandatario de Bolivia, Evo Morales, que ya estuvo en la capital uruguaya el pasado jueves 26 de febrero, ni el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, que sufría una afección gripal.
Una vez cumplido el protocolo de la Asamblea General, Vázquez y Sendic se dirigieron hacia la Plaza de la Independencia de Montevideo a bordo de una antigua camioneta de la marca Ford de mediados del siglo XX.
Todo un guiño al “Pepemovil”, un vehículo descubierto que funciona con electricidad sobre la que el exguerrillero realizó cinco años atrás el mismo recorrido.
La ceremonia se abrió al público a partir de ese momento, con las calles del centro de la capital copadas por simpatizantes de Vázquez y por fieles admiradores del presidente saliente, José Mujica, y también por personas disconformes que hacían llegar sus reivindicaciones al nuevo mandatario.
Pese a su fama de tímido y reservado, Vázquez goza de una gran aceptación popular, sabe hacerse querer y no cesó de sonreír y de saludar al paso de la comitiva.
Una vez en la Plaza de la Independencia, sobre un escenario, Mujica le hizo entrega a su sucesor, a los pies de la estatua de Artigas, de la banda presidencial, fundiéndose ambos en un fraternal abrazo.
En un soleado domingo de verano austral, la multitud de ciudadanos congregada comenzó ovacionando a Vázquez e intensificó su voz para dedicar cánticos de “Pepe, Pepe” dirigidos a Mujica.
Vázquez destacó la “inteligencia” de su antecesor, y dijo que Mujica será “un punto de referencia de primer orden” en su Gobierno.
El rey Juan Carlos de España fue el segundo en subir al escenario a saludar a Vázquez, justo después de que lo hiciera la presidenta de Chile, Michele Bachelet.