Panamá, 11 abr (EFE).- El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, clausuró hoy la “histórica” VII Cumbre de las Américas, que escenificó la reconciliación de Estados Unidos y Cuba.
“Esta ha sido una cumbre histórica (…) estoy seguro marcará el inicio de una nueva era regida por el diálogo respetuoso y la cooperación en nuestra región”, dijo el mandatario panameño.
Expresó que la decisión de los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, Barack Obama, de “avanzar en un nuevo enfoque de las relaciones” entre sus países generó la “legítima expectativa” de que las “situaciones que han tensado las relaciones hemisféricas puedan ser solventadas”.
Varela resaltó que Panamá, como país anfitrión, facilitó “un diálogo franco y respetuoso” entre los líderes del continente, sin pretender “unanimidades”.
Los 35 países del continente lograron “acuerdo en el 90 % de los mandatos propuestos” en torno a los ejes temáticos de salud, educación, energía, medio ambiente, migración, seguridad, participación ciudadana y gobernabilidad democrática, propuestos por Panamá como país organizador de la cumbre, dijo.
En los que no se logró consenso, “quedaron ad referéndum de pocos países”, añadió el presidente de Panamá.
Los mayores acuerdos se lograron en los temas de educación, acceso universal a la salud, acceso a energía de fuentes diversas, protección, preservación y restauración del medio ambiente, protección de los derechos de los migrantes, entre otros.
El Gobierno de Panamá “remitirá los mandatos acordados a nuestros directores” en organismos multilaterales “para que sean objeto de financiamiento y asistencia técnica”, anunció el presidente.
El mandatario panameño despidió la reunión anunciando que Perú será la sede de la VIII Cumbre de las Américas en el 2018.
Gobernantes americanos destacan unidad y advierten sobre medidas unilaterales
Los jefes de Estado y de Gobierno destacaron hoy en sus discursos durante la VII Cumbre de las Américas el nuevo escenario continental de “unidad y diálogo”, pero advirtieron que ya no hay cabida para medidas “unilaterales” que cuestionen a las democracias.
Con la asistencia de los 35 países del continente se desarrolló una intensa jornada llena de emociones por la presencia por primera vez de Cuba, que se encuentra en un proceso de restablecimiento de relaciones con EE.UU., y la condena unánime a un decreto del Gobierno estadounidense que considera que la situación en Venezuela es una “amenaza”.
Uno de los discursos más esperados fue el del presidente cubano, Raúl Castro, quien asistió a su primera Cumbre de las Américas, y nada más empezar con su intervención dijo: “ya era hora de que yo hablara aquí a nombre de Cuba”.
Un Castro emocionado justificó que su intervención durara más de 40 minutos, cuando el tiempo era de solo 8, porque “como deben seis cumbres que excluyeron (a Cuba), 6 por 8: 48″ minutos tocaría hablar”, señaló.
Raúl Castro hizo un relato histórico de “agresiones imperialistas” a América Latina, pero exculpó de ellas al mandatario estadounidense, Barack Obama, ya que él no era responsable de la política impuesta por los anteriores presidentes estadounidenses.
Momentos antes, fue el turno del presidente de EE.UU., quien dijo que su país “no será prisionero del pasado” con Cuba ni con la región, al mostrarse convencido de que si continúa el diálogo bilateral entre su Gobierno y la isla habrá progresos pese a las “diferencias”.
“La Guerra Fría ya terminó” y “no estoy interesado en disputas que francamente empezaron antes de que yo naciera”, afirmó Obama de manera tajante.
A su turno, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo que Obama “ha cometido una agresión” con su decreto sobre la “amenaza” que supone Venezuela, pero le concedió que “no es” como su antecesor en la Casa Blanca, George W. Bush.
Maduro propuso a Obama reconducir las relaciones bilaterales a partir de un diálogo basado en el respeto mutuo, pero condicionado en cuatro puntos, entre los que citó “derrocar” el decreto con el que EE.UU. considera a Venezuela una “amenaza”.
El primero en intervenir en la sesión plenaria fue el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien propuso la creación de un sistema interamericano de educación y destacó que la participación de Cuba “levanta un escollo” en las relaciones del continente.
A su turno, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, denunció que EE.UU. “continúa con ilegales intervenciones” en América Latina, y que llegó la “hora para la segunda y definitiva independencia” de la región.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó que la aproximación entre EE.UU. y Cuba “abre una nueva era en las Américas” y expresó su rechazo a “las sanciones contra Venezuela”, un país que, en su opinión, “demanda moderación de todas las partes”.
El mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, expresó su apoyo “al proceso de diálogo entre Cuba y EE.UU. e instó a que se siga “impulsando el dialogo político como modelo e instrumento de nuestro entendimiento”
En la misma línea, el mandatario peruano, Ollanta Humala, instó a “desatar las amarras que atan al pasado” y a dejar de lado las diferencias ideológicas.
El presidente boliviano, Evo Morales, calificó a EE.UU. como “el primer promotor del mundo” de dictaduras militares y golpes de Estado.
En su discurso, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, afirmó que “el verdadero triunfo de la revolución cubana es estar presente” en la Cumbre, “porque lucho por más de 60 años con una dignidad sin precedentes”.
Por su parte, el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, pidió al sector privado invertir en los países del Triángulo Norte Centroamericano, para generar calidad de vida y que la migración sea “una opción y no en una obligación”.
El jefe de Estado de Honduras, Juan Orlando Hernández, pidió a la región “trabajo conjunto” y “cooperación genuina” para enfrentar los retos que implican el combate a la pobreza y el crimen organizado.
El primer ministro canadiense, Stephen Harper, expresó su satisfacción por la presencia de todos los países en la Cumbre y destacó el papel de su país “para facilitar el diálogo entre Cuba y EE.UU.
El mandatario dominicano, Danilo Medina, dijo que la OEA dio un paso importante en su proceso de “redefinición” al incluir a Cuba en la Cumbre, mientras que el presidente haitiano, Michel Martelly, afirmó que la misión de la ONU, Minustah, es un factor clave para el desarrollo de su país.
El canciller chileno, Heraldo Muñoz, protestó por las declaraciones del presidente boliviano sobre su reclamo a una salida al mar.
La Cumbre de las Américas pese a finalizar sin un documento de consenso, dejó claro que Los 35 países sí están de acuerdo en que la unidad y el diálogo debe ser en adelante la línea a seguir por todos, pese a las diferencias.