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Santiago D. Távara

El encargado de negocios a.i. (ad interim) de Ecuador en Washington, Efraín Baus (izq.), y asambleista nacional Carlos Viteri.

La líder indígena y premio Nobel de la Paz en 1992, Rigoberta Menchú, acompañó al Gobierno de Ecuador y a comunidades indígenas de ese país en su campaña por el litigio de más de dos décadas con la petrolera Chevron en Washington, donde comenzaron esta semana las audiencias de arbitraje sobre el caso.



“Este es un tema de soberanía nacional también. Chevron quiere demandar al Estado ecuatoriano; primero -la petrolera- fue demandada por las comunidades afectadas y ahora quieren presentarse como víctima y eso no puede permitirse, esto tiene ya una vertiente política”, consideró Menchú el 21 de abril en una rueda de prensa en la que estuvo acompañada por el encargado de negocios a.i. (ad interim) de Ecuador en la capital estadounidense, Efraín Baus.

“Estoy respaldando a compatriotas que se han agrupado para exigir los derechos de reparación que un juez dictaminó y una compañía pretende dejar de lado con base a artimañas legales. Estamos respaldando la causa de la naturaleza en nuestro país, de la justicia para nuestros pobladores. En el Banco Mundial se está realizando la reunión del tribunal arbitral que decidirá sobre el pedido. Decisión se espera en los próximos meses”, dijo Baus.



La petrolera fue condenada en Ecuador a pagar 9.500 millones de dólares por los daños medioambientales causados en la Amazonía ecuatoriana entre 1964 y 1992 por Texaco, compañía adquirida por Chevron en 2001.

Sin embargo, la petrolera se niega a pagar, al considerar que ese fallo fue producto de un fraude en su contra, supuestamente apoyado por el Gobierno de Ecuador.



La protesta en Washington, en el marco de la campaña del Gobierno ecuatoriano “La mano sucia de Chevron”, coincidió con el comienzo de las audiencias sobre el caso en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), un tribunal de arbitraje dependiente del Banco Mundial (BM).



“Es evidente el retraso de la justicia, la obstaculización, la influencia para que no culmine en una sentencia que es importante que se cumpla pronto para evitar las consecuencias nefastas que ya se están dando”, argumentó Menchú.

”Es muy importante que se vea la dimensión humana, porque hay repercusión en la calidad de vida de los pueblos, pruebas de infecciones, de mala salud, de mortandad, que seguimos documentado. En los próximos meses habrá que acudir más a la zona y mostrar el impacto en los derechos humanos”, añadió.



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Santiago D. Távara

La empresaria de la construcción, la ecuatoriana María Patricia Corrales, asistió a la protesta contra Chevron frente al Banco Mundial.

“Se trata de defender la amazonía, el respeto a los derechos que cada país tiene preservar lo que pertenece a las futuras generaciones. Si tenemos la tierra muerta, no va a haber sembríos, no fauna”, dijo por su parte la empresaria de la construcción, María Patricia Corrales. “No solo estamos hablando de Ecuador, estamos hablando de los derechos en todo el mundo. Como empresaria de la construcción, entiendo hay que tener un documento sobre cómo remediar la tierra, si la tocaste, tienes el deber de dejar la tierra como estaba”, puntualizó sobre los estragos dejados por las petroleras en territorio ecuatoriano.

Los activistas ecuatorianos continuarán defendiendo su causa con una carpa permanente instalada frente a la sede del BM y que mantendrán hasta que terminen las audiencias el 8 de mayo.

En marzo, un tribunal arbitral de La Haya (Holanda) desestimó la demanda presentada por la petrolera para evitar la multimillonaria condena de la justicia ecuatoriana por daños ambientales y sociales en la Amazonía.

 El Gobierno de Ecuador calificó ese paso de “gran victoria”, pero la compañía dejó claro que la decisión del tribunal de La Haya “no cambia” el hecho de que se resista a cumplir la sentencia ecuatoriana por considerar que es producto de un fraude en su contra.

El asambleista nacional Carlos Viteri, ataviado con su tawasamba, que asemeja una corona que es símbolo de autoridad, dijo que vino de Quito a denunciar los abusos de las petroleras que por mucho tiempo “explotaron petroleo en el área y no usaron estándares adecuados”.

Las compañías petroleras “provocaron derrames, arrojaron los componentes del petróleo al río. Mucha gente del área tomó agua contamianda, incluso los suelos contaminaron con crudo y los cultivos también se afectaron así como los animales. Esa situación provocó muchos casos de cáncer”, denunció.

– Con información de EFE

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