Gracias (Honduras), 20 jul (EFE).- Los habitantes de Gracias, en el occidente de Honduras, conmemoraron el día dedicado a Lempira, cacique que murió peleando contra los conquistadores españoles y cuyo nombre lleva la moneda del país centroamericano.
Niños y jóvenes de la Escuela Guía Técnica Juan Lindo escenificaron la muerte de Lempira en una calle empedrada frente a la Plaza Central de la colonial ciudad de Gracias, cabecera del departamento de Lempira, limítrofe con El Salvador.
Representando a los indígenas con taparrabo, provistos con arcos y flechas, y su cuerpo pintado en vivos colores, los niños fueron los grandes protagonistas de una obra que lleva muchos años en escena para conmemorar, en julio, el “Mes de la Hondureñidad”.
“Me gusta participar en la obra porque representa parte de nuestra identidad nacional, nuestra cultura, el amor al país y revivimos la memoria del primer héroe nacional”, dijo a Efe uno de los niños “indígenas” mientras simulaba con su arco lanzar una flecha contra los conquistadores españoles.
En la obra, los conquistadores estuvieron representados por jóvenes vistiendo sus escudos y montados en caballo.
La celebración incluyó un colorido desfile con la participación de estudiantes de todos los centros educativos y otros sectores sociales por algunas de las principales calles de Gracias, ciudad que fue sede de la Audiencia de los Confines en la época colonial.
El alcalde de Gracias, Javier Antonio Enamorado, recordó lo que hicieron los antepasados por su país y le preguntó a las presentes generaciones qué están haciendo por Honduras, que atraviesa por una situación de pobreza y violencia, entre otros flagelos.
Enamorado exaltó la figura de Lempira como “el señor de la sierra, el hombre que defendió la soberanía y al que recordamos con culturas y tradiciones vivas”.
Agregó que Lempira también es identidad y que los problemas de Honduras deben ser resueltos “por los hondureños”.
Gracias es una ciudad colonial con un poco más de 60.000 habitantes que en su mayoría se dedican a la agricultura y en menor escala a la ganadería, artesanías y el turismo, entre otras actividades.
Durante muchos años, en las escuelas y colegios de Honduras se enseñó que Lempira fue muerto a traición, que le disparó un arcabucero que iba atrás en el caballo, al frente de un emisario del conquistador Alonso de Cáceres, quien le llevaba un falso mensaje de paz.
Esa escena se sigue dramatizando en la obra de la Escuela Juan Lindo, aunque según apuntes históricos hallados en el Archivo de Indias, en Sevilla, sur de España, Lempira no murió por el disparo de un arcabuz, sino peleando cuerpo a cuerpo con uno de los conquistadores que le terminó cortando la cabeza.
El hallazgo lo hizo el historiador hondureño Mario Felipe Martínez Castillo, quien falleció a finales de julio de 2012.