San Salvador, 2 ago (EFE).- Seis pandilleros, acusados de extorsión, se fugaron hoy de las dependencias de la Policía Nacional Civil (PNC) de la localidad salvadoreña de San Miguel (este) y los agentes que los vigilaban quedaron presos, informó la Fiscalía General de la República (FGR).
Los reos fugados, de pandillas no identificadas por la PNC, responden a los nombres de Daniel Antonio Ramírez, Lorenzo Antonio Rodríguez, Juan José Guevara, Moisés Ernesto Escamilla, Wilfredo Vásquez Girón y Miguel Enrique Madrid.
Inicialmente, la Policía y la Fiscalía habían reportado la fuga de cinco reos, pero tras un registro exhaustivo en los calabozos de San Miguel, confirmaron que el número de prófugos es seis.
La Fiscalía ordenó la detención de un número no precisado de agentes que custodiaban a los pandilleros y el despliegue de unidades de seguridad para buscarlos.
El ministro de Justicia de El Salvador, Benito Lara, afirmó a los periodistas que hay una “investigación interna” en la Policía Nacional para averiguar “qué es lo que ocurrió durante la fuga de los reos”.
Por su parte, el director general de la Policía, Mauricio Ramírez Landaverde, aseguró que todos los agentes que se encontraban prestando seguridad a los reos “están siendo investigados” y “se aplicarán medidas disciplinarias contra ellos”.
El caso se conoció mientras el alto mando policial asistía a un desfile de una delegación de ese cuerpo de seguridad por las fiestas agostinas en San Salvador.
Estadísticas oficiales señalan que de los 28.643 presidiarios que albergan las 19 cárceles salvadoreñas aproximadamente 12.000 son miembros de pandillas.
La semana pasada, El Salvador vivió una crisis en el servicio público de transporte, con cuatro jornadas de paro a raíz de una serie de amenazas de las pandillas, en medio de las cuales siete conductores fueron asesinados.
No es la primera vez que El Salvador vive un paro del transporte propiciado por acciones de las pandillas.
En octubre de 2010, durante el mandato de Mauricio Funes, la Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18 ordenaron, también bajo amenazas de muerte, un paro por tres días para presionar al entonces presidente a vetar una ley antipandillas aprobada por el Parlamento ese mismo año.