En recuerdo de Patricia San Martín Del Place, quien fuera actriz de mi grupo,
el Teatro de la Resistencia Chile,
en Francia cuando pensábamos que, por fin, vivíamos libres del miedo,
y de Elsa, su hija,
quienes se dieran cita con la muerte en Le Bataclan.
París,
no basta con decir nous sommes Paris.
Cuando se es ciudadano del mundo hay que ser París, hay que ser espectador en Le Bataclan, hay que ser pasajero en un avión ruso, hay que ser refugiado prefiriendo desafiar la muerte en el mar antes que en el salvajismo de los otros.
Los otros, aquellos que son la expresión sin límites de la maldad humana, la maldad que emerge de lo más profundo de nuestro ser cobijada en el dogma, en el fanatismo, ese fanatismo siempre irracional.
Se cerraron los museos
Qué crimen
Se cerraron los amables cafés parisinos
Qué crimen
Se cerraron las fronteras
Qué crimen
Se abrió
paso al miedo
criminales
se empujaron un paso más los límites del horror
criminales
nos enseñaron el miedo al otro
profesores
nos mostraron que la maldad no tiene límites
profesores
nos recordaron que a veces nosotros creamos el caldo de cultivo
que nosotros deformamos la mente humana
cuando despreciamos al otro
que nosotros abrimos el camino a la amargura
cuando humillamos al otro
cuando no salimos en defensa del otro
cuando la diferencia la volvemos insoportable
cuando damos vuelta la cara para no ver
para no ver el miedo en la cara del hambriento
para no ver las lágrimas en la cara del ofendido
para no ver la vergüenza en la cara del despreciado
por su raza,
por su color,
por su religión,
por pensar diferente a nosotros
por hablar diferente a nosotros
por no tener las oportunidades que nosotros les negamos
por lo que nos horrorizan al pensar
que nosotros,
nosotros somos parte de los otros
y que la maldad
es también parte de nosotros.
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Gustavo Gac-Artigas: escritor y director de teatro chileno, miembro colaborador de la Academia Norteamericana de la Lengua Española