El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recibió el jueves, 10 de noviembre, en la Casa Blanca a su sucesor, el republicano Donald Trump, para dar comienzo al proceso de transferencia de poderes que culminará el 20 de enero, cuando el millonario neoyorquino jurará el cargo.
La reunión comenzó sobre las 11 de la mañana de Washington y representa el principio del traspaso de poderes entre Obama y Trump, quien ha prometido acabar con el legado del mandatario en inmigración, derogar su reforma sanitaria y romper el acuerdo nuclear logrado con Irán en julio de 2015.
El magnate salió de su Trump Tower en Manhattan, sobre las 9am, aterrizó en Washington en su avión privado y llegó a la Casa Blanca a través del Jardín Sur, que no es accesible al objetivo de las cámaras de televisión.
Después del triunfo en las elecciones del martes, 8 de noviembre, Trump mantuvo reuniones privadas con sus asesores más cercanos, llamó a su familia, a sus seguidores y conversó con su compañero de fórmula, Mike Pence, que se convertirá en el nuevo vicepresidente y en la persona encargada de asumir el mando si el presidente dimite o muere.
Éste es el primer encuentro en persona entre Trump y Obama después de las elecciones.
Se trata de una de las reuniones que ha causado más expectativa entre la prensa y los politólogos dada la tensa relación entre ambos. Trump mantuvo durante mucho tiempo que el presidente Obama era musulmán y que no había nacido en Estados Unidos. Las oscuras teorías conspirativas de Trump durante la campaña presidencial no sentaron bien en la Casa Blanca. Hoy Trump dijo que Obama “es un buen hombre”. Comienza otra etapa con el obligado protocolo de la transición.
Mientras Obama y Trump se veían en la Casa Blanca, tuvo lugar una reunión entre la esposa de Trump, Melania, y la primera dama, Michelle Obama, reticente al primer plano de la política pero que tomó las elecciones de una manera “personal” y defendió con fuerza a la candidata demócrata, Hillary Clinton.
También el jueves 10, en la Casa Blanca, estaba previsto que se reunirían el vicepresidente Joseph Biden, y su sucesor, Mike Pence. En la calle Pensilvania, que se encuentra enfrente de la Casa Blanca, ya están comenzando a montarse las tradicionales gradas con las que los ciudadanos contemplan la salida del antiguo presidente y la entrada del nuevo en la mansión presidencial el día de la investidura presidencial el 20 de enero.
Centroamérica observa
Los gobiernos de Centroamérica se mostraron dispuestos a fortalecer las relaciones y la cooperación con el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, al tiempo que pidieron respeto a los derechos de los migrantes que llegan por miles a EE.UU. y a quienes el presidente electo prometió deportar.
Guatemala y El Salvador, que junto a Honduras conforman el Triángulo Norte Centroamericano, felicitaron a Trump por su victoria en las elecciones y tocaron directamente el sensible tema migratorio en comunicados oficiales.
Además, fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador indicaron que este país inició los “acercamientos” con el equipo de transición de Gobierno de Trump.
En Estados Unidos viven unos 3 millones de salvadoreños, con diferentes estatus migratorios incluyendo la ciudadanía, cuyas remesas representan el 16,4% del producto interno bruto del país.
Trump sustituirá, desde el 20 de enero próximo, en la Casa Blanca a Barack Obama, cuya Administración dio en 2016 una prórroga de 18 meses al TPS, otorgado en su día por mandato del presidente George W. Bush, y en él están inscritos unos 195.000 salvadoreños.
Estados Unidos es el principal socio comercial de El Salvador.