El Gobierno boliviano consideró el martes 6 que la funcionaria del organismo de control de vuelos que cuestionó el plan de vuelo del avión de la aerolínea Lamia antes del accidente en Colombia “está confirmando su responsabilidad” al dejar el país e ir a Brasil sin presentar “las pruebas que muestran su inocencia”.
“Nosotros consideramos que directa o indirectamente ella (la funcionaria Celia Castedo) está confirmando su responsabilidad en este evento o parte de la responsabilidad de este hecho tan trágico”, dijo el ministro boliviano de Obras Públicas, Milton Claros.
Castedo fue la funcionaria de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (AASANA) que hizo varias observaciones al plan de vuelo del avión de Lamia que se estrelló el pasado 28 de noviembre en Colombia, cuando transportaba a los jugadores y dirigentes del club brasileño de fútbol Chapecoense.
Su principal observación fue sobre el tiempo de vuelo previsto entre la ciudad boliviana de Santa Cruz y la colombiana de Medellín (cuatro horas y 22 minutos), que era el mismo registrado para la autonomía de combustible que tenía el avión. La funcionaria ingresó el lunes a territorio brasileño por la ciudad de Corumbá y pasó todo el día en negociaciones con su abogado y miembros de la Procuraduría General de la República de Brasil, que la trasladaron a la comisaría de la Policía Federal para que presentara su petición de refugio.
El accidente provocó la muerte de 71 de sus 77 ocupantes y solo seis personas sobrevivieron a la tragedia: tres futbolistas, un periodista y dos miembros de la tripulación.
Entre los sobrevivientes está el portero Jackson Follman quien al entererase de la amputación de una pierna dijo: “prefiero la vida que la pierna”, según informaron los médicos que lo atienden en un hospital de Medellín.
Los médicos Marco André Sonagli, Edson Stakonski y Ferney Rodríguez ofrecieron detalles sobre los cuatro sobrevivientes.
Sobre la situación del jugador Helio Neto, el último sobreviviente rescatado de Cerro Gordo en La Unión, en el que ocurrió el siniestro, Rodríguez, indicó que “continúa sedado, en estado crítico y con ventilación”, además tiene una contusión pulmonar.
Los médicos indicaron que la condición del periodista Rafael Henzel todavía es crítica, pese a que está evolucionando del cuadro agudo.
Por su parte, el técnico boliviano Erwin Tumiri recibió el alta médica y dejó el hospital en el que se internó en La Paz tras retornar a Bolivia.
Tras los numerosos actos celebrados en homenaje a los fallecidos, Brasil enterró a las víctimas del siniestro.
Apenas un día después de que los 19 jugadores, la comisión técnica y gran parte de la directiva del club de Chapecó estuvieran juntos por última vez en el estadio Arená Condá, donde cerca de 19.000 personas despidieron a sus “guerreros”, sus restos mortales comenzaron a recibir sepultura en diferentes puntos del país.
El presidente del Chapecoense Sandro Luiz Pallaoro recibió sepultura en Chapecó, rodeado de su familia y amigos, así como de decenas de coronas de flores.
Miles de personas se acercaron a la Cámara Municipal de Campos, en el estado de Río de Janeiro, para mostrar su respeto al mayor goleador de la historia del ‘Huracán del Oeste’, Bruno Rangel, quien recibió sepultura el domingo 4.
El cementerio Jardim da Paz de Porto Alegre, en el sureño estado de Río Grande do Sul, recibió los restos mortales del volante Matheus Biteco, quien había sido padre hace apenas cuatro meses.
Entre gritos de “el campeón ha vuelto” fue sepultado el defensa Marcelo Augusto Mathias da Silva, jugador de 25 años de edad que inició su carrera a los 19 con el Macaé y llegó a jugar para el Flamengo antes de fichar por el Chapecoense.
Al amparo de la oscuridad de la madrugada llegó el cuerpo del portero Danilo a su ciudad natal, Cianorte, en el estado de Paraná, donde cientos de personas velaron sus restos mortales a lo largo de toda la noche.