Este viernes, el partido republicano retiró de la Cámara de Representantes el proyecto de ley del presidente para derogar el “Affordable Care Act”, la reforma sanitaria de Barack Obama, lo cual representa la primera gran derrota de Donald Trump en el poder.
Desmantelar la ley de salud existente fue una de sus principales promesas de campaña. Tras días de intensas negociaciones, y después de que se cancelara la votación programada para el jueves, los líderes republicanos llegaron a la conclusión de que no tenían suficiente apoyo para conseguir la aprobación de la Ley de Cuidado de la Salud.
El presidente Trump dio el jueves un ultimátum a los republicanos en la cámara baja al advertirles que, si el proyecto no era aprobado, tendrían que atenerse al Obamacare.
Sin embargo, tras la retirada del proyecto, el mandatario agregó que está “abierto” a intentar otra reforma en el futuro si los demócratas desean trabajar en un proyecto bipartidista. También predijo que la actual ley, conocida como Obamacare, colapsará muy pronto.
La Oficina de Presupuestos del Congreso estimaba que el proyecto de suprimir Obamacare habría ahorrado al fisco US$150.000 millones por los siguientes diez años, dinero que probablemente se utilizaría para incrementar el gasto militar y amortiguar la reducción de impuestos, ambas promesas de campaña de Trump.
Además, con todo lo que alabó sus habilidades de negociación, Trump no pudo convencer a su propio partido de sacar adelante la reforma de salud. “Una derrota de ese calibre en los primeros días de su mandato puede tener un efecto duradero en su capacidad de maniobra ante el Congreso”, sostiene la cadena BBC Mundo.
Sin duda, se trata de una herida abierta que no sanará pronto.