Luego de discursos que prometían un muro con México y la implementación de políticas de deportación contra inmigrantes indocumentados, con el objetivo de “hacer a América grande otra vez”, el magnate republicano, Donald Trump, ganó la presidencia de Estados Unidos. El 20 de enero asumió el poder, pero después de esa fecha muchas cosas cambiaron para los latinos, entre ellas las visitas a sus países de origen.
Alrededor de 50% bajaron las ventas de pasajes aéreos principalmente hacia países centroamericanos como El Salvador, Nicaragua, Guatemala, así como también hacia México, según relata Deyvin Umanzor, manager de la agencia de viajes Valdemar Travel, quien maneja una cartera de clientes 80% latinoamericanos que viven en el Distrito de Columbia, Maryland y Virginia.
“Tenemos pasajeros que compraron sus boletos meses atrás y tienen temor de viajar, porque en algún momento estuvieron detenidos. Pasajeros de El Salvador que cuentan con el TPS y necesitan un permiso para visitar su país, tampoco quisieron viajar y pidieron devoluciones, algo que lamentablemente no pueden obtener porque los pasajes no son reembolsables”, dice Umanzor.
Las solicitudes de reembolsos empezaron a ocurrir luego del 20 de enero, a la par de la caída en las ventas de la agencia. Los teléfonos dejaron de sonar por tres semanas seguidas y los pocos boletos que vendían eran para vuelos nacionales o clientes americanos.
La especialista en viajes confirma que la mayoría de los clientes latinos cancelan sus vuelos a sus países de origen, porque temen que agentes de inmigración no los dejen regresar al territorio nacional, aunque sean residentes o ciudadanos estadounidenses. “Entre ellos se pasan la voz, dicen que existe un documento que los obligan a firmar para renunciar a su estatus legal”, afirma, aunque deja claro que no ha comprobado la existencia de ese papel.
En el caso de los guatemaltecos, desde principios de año hasta la fecha, Valdemar Travel ha vendido por lo menos 30 pasajes sin retorno. Un adiós al sueño americano por miedo de ser deportados y quedarse sin ninguna de sus pertenencias. Umanzor asevera que tan solo con el pasaporte de su país pueden despedirse de USA, pero volver a entrar en un vuelo a Estados Unidos sin visa, es imposible.
“En lo personal, si tienen algún problema legal, les pedimos que se asesoren con un abogado. Muchos cancelan sus viajes por los rumores, pero si no ha tenido ningún problema con la justicia no tienen por qué temer. Yo viajé a Colombia por dos semanas y no tuve ningún inconveniente. Contamos con viajeros frecuentes, que vuelan todas las semanas llevando paquetes, en algunos casos residentes, en otros ciudadanos y no tienen ningún problema”, puntualiza Umanzor.
Rumores a bordo
José Santos Rodríguez, un salvadoreño de 70 años de edad, dedicado a la carpintería en Virginia, residente legal de los Estados Unidos desde 2013 -el mismo año en el que llegó al país-, aprovechó a salir del territorio estadounidense en diciembre aunque ya había sido prevenido por sus familiares de no firmar ningún papel a su regreso a EE.UU.
“Cuando estaba allá mis familiares me dijeron que inmigración estaba dando unas papeletas, que tuviera cuidado porque si firmaba estaba renunciando a la residencia. Cuando llegué aquí, el delegado de migración solo me preguntó cuánto tiempo había estado en El Salvador y le dije que dos meses. ‘Ok’, me dijo. ‘¡Bienvenido!’”, explica Rodríguez, quien afirma que la comunidad latina no debe tener miedo de viajar ante lo que considera rumores.
Sin embargo, otro salvadoreño, quien pidió no revelar su identidad por temor a represalias, tiene once años viajando a su país, pero ha decidido postergar su vuelo. “Voy a viajar a final de año, he evitado hacerlo por los comentarios que se oyen. Soy residente, pero quisiera hacerme ciudadano antes de salir”, concluye.