Mientras el Presidente Donald Trump demanda financiamiento federal para el muro de la frontera que prometió que México pagaría, éste se ha apoyado fuertemente en el argumento de que el muro es la única manera de evitar que drogas ilegales traspasen la frontera suroeste del país.
“¡El muro es una herramienta muy importante para evitar que las drogas entren al país y envenenen nuestra juventud (y a muchos otros)!”, tuiteó el Presidente esta semana. “¡Si no se construye el muro, lo cual se hará, la situación de las drogas NUNCA se solucionará como se debe!”.
Pero expertos en el tráfico de drogas dicen que un muro fronterizo, incluso uno grande y bello como el que Trump prometió, sería casi inútil en la contención de la distribución de drogas ilegales.
¿La razón principal? Las drogas que circulan a través de la frontera suroeste, como la heroína, son principalmente transportadas a través de puntos de control ya existentes, por medio de carros y camiones. Esos puntos de control estarán ahí independientemente si el muro se construye o no.
Los carteles de drogas de México “transportan la mayor parte de su droga en la frontera suroeste a través de puertos de entrada (POEs, por sus siglas en inglés) usando vehículos y semi-remolques”, escribió la DEA en su Evaluación Nacional de Amenaza de las Drogas de 2015. “Las drogas se esconden típicamente en compartimientos de vehículos que transportan pasajeros o se mezclan con productos legales cuando se transportan en semi-remolques”.
En otras palabras, no importa qué tan alto sea el muro porque esos puertos de entrada son las puertas a través de las cuales la droga ya está entrando.
La imagen de traficantes de drogas que traspasan droga a través de estrechos remotos de la frontera suroeste son en gran parte una ficción, de acuerdo a expertos en políticas antidrogas.
“Traficar drogas en carros es mucho más fácil que cargarla en las espaldas de personas a través de terrenos desiertos difíciles de atravesar”, dijo Vanda Felbab-Brown, uno de los miembros principales del Brookings Institution. “Mientras más alta sea la cerca, más pasarán a través de puertos de entrada”.
La administración de Trump sabe esto. En una audiencia realizada en abril, el Secretario del Departamento de Seguridad Nacional, John F. Kelly, reconoció que las drogas ilegales “pasan en su mayoría a través de puertos de entrada”. En otra audiencia en febrero, el Director de Seguridad Fronteriza dijo a los legisladores que “los POEs de la frontera suroeste son los mayores puntos de entrada de las drogas ilegales, en los que los contrabandistas utilizan una variedad de tácticas y técnicas para esconder las drogas”.
Una política antidrogas inteligente para la frontera significaría mejorar esos puertos de entrada en vez de construir un muro, dijo Adam Isaacson, asociado del área de defensa la Oficina de Washington en Latinoamérica: “Si en realidad quieres atacar el problema [de la droga], ataca los puertos de entrada”. Isaacson dijo que los puertos de entrada de la nación necesitan mejoras de alrededor de cinco billones de dólares, incluyendo más personal y mejor tecnología para el chequeo de personas y vehículos. Pero no ha visto ese financiamiento en las propuestas de gastos del Presidente.
Más allá del tema de los puertos de entrada, las insuficiencias de un muro para la estrategia antidrogas son importantes. “Simplemente hay muchas alternativas para pasar la droga al país como para justificar el muro”, dijo Sanho Tree, Director del Proyecto de Política Antidroga del Instituto de Estudios de Políticas.
Túneles de drogas. Catapultas. Drones. Submarinos que pueden transportar varias toneladas de productos por viaje. “Contrasta eso con un humano cargando 30 libras en su espalda atravesando el desierto”, dijo Tree. “Tiene poco sentido para los contrabandistas usar ese último método”. Agregó que “la guerra antidroga ha creado un premio final para que los criminales busquen maneras aún más ingeniosas para penetrar nuestras fronteras”.
Más allá de eso, la economía del consumo de drogas sugiere que en el escenario improbable de que el muro prevenga que una cantidad importante de heroína ingrese, los resultados podrían ser una mayor cantidad de muertes por sobredosis.
La heroína hecha con el poderoso opiáceo fentanilo es mayor causante de muertes por sobredosis, según informó Tree. El fentanilo entra principalmente a Estados Unidos a través del Servicio Postal desde China.
“Si el muro genera escasez de heroína, los traficantes van a alterar las provisiones que queden de heroína con más fentanilo”, dijo Tree. “Esto causará que las fatalidades por sobredosis se disparen”.
Finalmente, mucha de la droga que está matando gente en los Estados Unidos se origina aquí. La analgésicos de prescripción son uno de los principales generadores de las epidemias de sobredosis de opiáceos hoy en día, responsables de igual cantidad de muertes que la heroína.
Esas drogas no se trafican a través de la frontera, si no que son desviadas de su uso legítimo hacia el mercado negro aquí mismo en los Estados Unidos. Un muro no haría que eso cambiara.
Como siempre, Trump se mantiene impertérrito por las investigaciones de expertos y está comprometido con la construcción del muro a pesar de que los contribuyentes americanos tengan que financiar el proyecto de ley. “El muro detendrá las drogas”, dijo la semana pasada al Associated Press.