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WASHINGTON – El restaurante Don Juan cerró. Lo mismo hizo el restaurante de Haydee. Y así lo hizo Pupusería San Miguel. Los clientes trataron de abrir la puerta del restaurante de Ercilia, esperando pupusas recién fritas y café recién hecho. En cambio, se consiguieron las puertas cerradas con llave.

“Cerrado para apoyar la huelga general”, decían los carteles en inglés y en español. “Apoyamos a nuestros trabajadores hoy y todos los días”.

Decenas de negocios en Maryland, Virginia y el Distrito (de Columbia) cerraron el pasado lunes, y miles de manifestantes marcharon a través de la capital de la nación bajo un calor sofocante para reunirse frente a la Casa Blanca en protesta contra las políticas migratorias del presidente Trump.

Algunos dijeron que la participación fue menor de lo esperado, pero otros señalaron que consiguieron el apoyo de los inmigrantes y los trabajadores en un día laborable, y poco después de las marchas masivas por la ciencia y el clima.

“Esta no es la última marcha”, dijo Alma Couverthie, directora organizadora de Casa, una organización en Maryland, Virginia y Pennsylvania que lideró la marcha más grande hacia la Casa Blanca. “Va a haber muchos de estos (eventos) y después de esto vamos a volver a trabajar. Vamos a llamar a la gente del Congreso. Vamos a cabildear. Vamos a marchar de nuevo hasta conseguir lo que necesitamos tener en este país”.

Los manifestantes se reunieron en diferentes puntos de la ciudad, en el histórico barrio latino de Mount Pleasant, en Malcolm X Park y en Dupont Circle, y cerraron calles mientras marchaban hacia la Casa Blanca cantando canciones populares y agitando pancartas y letreros. Algunas pancartas decían: “Deporten a Trump” (Deport Trump) y “Este pantano contraataca” (This Swamp Fights Back), en alusión a la promesa del presidente de “drenar el pantano” (drain the swamp) en Washington.

A lo largo de las rutas de marcha, los trabajadores que no podían tomar el día de descanso se detuvieron y agitaron o filmaron con sus teléfonos. Un cocinero en Chipotle sonrió desde la puerta. Alrededor de la esquina, los trabajadores de la construcción dejaron de martillar.

En “DC Variedades”, en la calle Mount Pleasant, la dueña Delmy García dijo que intentó cerrar por el día, pero los clientes le rogaron que abriera para que pudieran comprar teléfonos celulares y pagar sus facturas telefónicas. Dijo que es difícil para las pequeñas empresas cerrar, incluso por un día, incluso cuando las comunidades de inmigrantes de la nación temen a la frontera y a la deportación que Trump prometió.

“Yo apoyo a los inmigrantes, pero cerrar las empresas es realmente duro”, dijo García, mientras estaba detrás de un mostrador de cristal. “Si cierras, siempre pagas por ello”.

La marcha hacia la Casa Blanca fue parte de una movilización nacional el lunes para apoyar los derechos de los inmigrantes a través de manifestaciones, clases informales y vigilias, dijo Kica Matos, portavoz del Movimiento para una Reforma Migratoria Justa, que coordinó los eventos a escala nacional.

En Washington, las marchas cerraron calles en Mount Pleasant, Dupont Circle y en otras partes al mediodía. Docenas de policías escoltaron a los manifestantes en lo que parecía ser una protesta pacífica. No se informó de arrestos.

Los organizadores dijeron que la gente protestaba de diferentes maneras: algunos se quedaban en casa y se ausentaron del trabajo y la escuela. Otros salieron a las calles.

Karen Rice, de 25 años, estudiante de doctorado en filosofía en la Universidad de Georgetown, dijo que no fue a trabajar para unirse a la protesta.

“Estoy en huelga”, dijo Rice, que normalmente habría estado trabajando como maestra asistente a esa hora. “Soy ciudadana estadounidense, así que necesito estar aquí y apoyar a otros”.

Ella sostuvo en alto un cartel que mostraba un número de teléfono que los trabajadores pueden llamar si son despedidos por manifestar. Many Languages One Voice, una organización del distrito, planeaban escoltar a los manifestantes de regreso al trabajo el martes para instar a los empleadores a no despedirlos para la huelga de un día, dijo la directora ejecutiva Sapna Pandya, que marchó el lunes.

A las 3 de la tarde, la multitud que salía de Dupont Circle creció y se lanzó a las calles para la marcha de una milla (1.6km) hasta la Casa Blanca. Con una escolta de la policía y acompañados por voluntarios que llevaban chalecos de tráfico, los manifestantes cerraron el tramo del tráfico del centro de Washington durante una hora. Algunos llevaban camisetas blancas de Casa en Acción distribuidas por el grupo de defensores de inmigrantes, mientras que otras, organizadas por sindicatos, vestían chalecos de tráfico naranja y camisas púrpuras de la Unión Internacional de Empleados de Servicio (SEIU, por sus siglas en inglés).

Las banderas americanas superaron en número a las señales de protesta en el centro de la multitud de personas. Sus cantos incluyeron “Si se puede”, “Sin papeles, sin miedo” y “Donald Trump se tiene que ir”.

Unos pocos letreros escritos a mano decían: “Los inmigrantes hicieron grande a EE.UU.”.

*Fenit Nirappil contribuyó con este reporte.

(Traducción El Tiempo Latino/El Planeta Media)

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