Probablemente no puedas encontrar a ningún afroamericano en las grandes ligas que se sorprendería por lo que el jardinero central de los Orioles de Baltimore, Adam Jones, dijo que tuvo que soportar el lunes en la noche en el Fenway Park de Boston – una serie de abusos verbales y ataques racistas que incluyeron la palabra “n” y una bolsa de maníes que le lanzaron desde las gradas.
“Es desafortunado que las personas necesiten acudir a ese tipo de epítetos para degradar a otro ser humano”, dijo Jones a los reporteros después del juego. “Estoy tratando de construir una vida con mi familia”. Sin muchos más recursos Jones simplemente se encogió de hombros y dijo: “Dejemos que las personas sean. Dejemos que puedan mostrar sus verdaderos seres”.
Desafortunadamente, el tipo de trato que experimentó Jones – y no por primera vez – ha ocurrido en varias generaciones de jugadores de grandes ligas de color en Fenway, donde la intersección entre el racismo y el beisbol tiene “una historia exacerbante e importante en el presente”, de acuerdo al autor Howard Bryant (un antiguo escritor de deportes del Washington) en su libro “Exclusión: Una Historia de Racismo y Béisbol en Boston”.
“Como jugador negro puedo decir que los Red Sox sacan ese algo de nosotros”, le dijo a Bryant el segunda base de los Yankees de Nueva York, Willie Randolph. “Uno quiere ganar todos los juegos, por supuesto, pero créeme, cada jugador negro en los Yankees querían ganarle a Boston aún más”.
Y no son solamente los jugadores visitantes quienes han tenido que lidiar con el abuso de fanáticos racistas en el Fenway. Carl Crawford y David Price están entre los jugadores de los Red Sox que han reportado burlas racistas por parte de sus propios fanáticos”.
“Se puso bastante rudo”, dijo Price al Boston Globe acerca del abuso que sufrió en 2016, su primera temporada en los Red Sox. “…. lo tengo todo. No hay nada que me puedas decir que no lo haya escuchado antes. Tu ignorancia no va a afectar lo que estoy haciendo. Pero es triste que exista”
Ese tipo de comportamientos todavía ocurren y el hecho de que jugadores como Jones y Price tengan que tolerarlo con tal resignación es un gran problema para las Grandes Ligas de Beisbol, la cual ha gastado montos masivos de dinero y esfuerzo para traer a los afroamericanos al deporte, tanto al campo – donde solo 62 fueron listados el Día de Apertura – y a las gradas.
Obviamente no todos los fanáticos de los Red Sox que estaban en el Fenway Park el lunes eran racistas, y es posible que la animosidad entre los Red Sox y los Orioles sobre los últimos incidentes en Camden Yards – cuando la super estrella de los Orioles, Manny Machado, tumbó al segunda base de los Red Sox, Dustin Pedroia, con un lanzamiento fuerte, y el relevista de los Red Sox, Matt Barnes, se desquitó dos días después con un pitcheo cerca de la cabeza de Machado – puede haber contribuido a la atmósfera tensa.
Pero esas no son excusas para el trato prolongado que Jones tuvo que soportar. Los oficiales de Red Sox le dijeron a USA Today que el fan que lanzó la bolsa de maní a Jones fue ubicado y escoltado del estadio, y que 30 fanáticos fueron sacados en total, por varias razones.
Uno quisiera pensar que el uso de burla racista, especialmente la palabra “n”, sería suficiente para sacar a alguien del estadio. Uno quisiera pensar que las personas de la sección reaccionarían rápidamente, y que los otros fanáticos actuarían sobre la situación y acusarían al ofensor. A uno le gustaría pensar que los jugadores prominentes de los Red Sox hablarían en contra de este tipo de comportamientos.
“Los Red Sox tienen cero tolerancia a ese tipo de comportamientos inexcusables, y toda nuestra organización y nuestros fanáticos están asqueados de ese tipo de conducta de unos pocos ignorantes”, dijo el Presidente de los Red Sox, Sam Keneddy, en una declaración el martes en la mañana en la que el equipo se disculpó con Jones. “Ese tipo de conducta debería ser reportada inmediatamente a la seguridad del equipo y cualquier espectador que se comporte de esta manera pierde el derecho de permanecer en el estadio y estarán sujetos a otras acciones. Nuestro análisis de lo ocurrido la noche del lunes está en proceso”.
En la historia del Boston Globe detallando el trato a Price los guardias del Fenway Park y los policías dijeron que el bullpen de los Red Sox lo defendió de la burla. Pero claramente algunas veces se necesitan que más cosas cambien.
Esta pelea no debería solo ser de Jones o de Price, debería ser una pelea de todos, desde los fanáticos decentes que van al Fenway cada noche, hasta el personal de seguridad y los jugadores de los dos equipos. Y especialmente de los oficiales de los Red Sox y las Grandes Ligas de Béisbol, quienes necesitan dejar claro – con algo mas que palabras – que ese tipo de comportamientos que Jones recibió el lunes no se tolerarán nunca.