El equipo de trabajo de la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington, quiere promover el consumo de agua en lugar de bebidas azucaradas dañinas para la salud, dentro de la comunidad Langley Park en Maryland.
¿Saludable o chatarra?
Aunque la iniciativa por parte de la institución para que la la localidad mejore la salud de sus jóvenes tiene más de diez años, no fue sino hasta 2014 cuando la profesora auxiliar de Salud Global, Uriyoán Colón-Ramos, asumió un estudio con fondos del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), para determinar cómo bajar los índices de obesidad y diabetes en la población latina de esa localidad.
Encontraron que más del 30% de los jóvenes de la comunidad consumían este tipo de bebidas, lo que según la experta, sobrepasa el máximo diario de azúcar recomendado, incluso en jugos naturales, ya que la cantidad de frutas que tan solo un vaso requiere siempre es más de una.
Según resalta Colón-Ramos, al consultar a los jóvenes si querían comer más sano, la respuesta fue afirmativa, pero se quejaron de que no tenían oportunidades de hacerlo porque estaban rodeados, en su mayoría de comida chatarra. Esto no es casual, pues la población latina en el lugar es elevada y según un estudio del Centro Rudd para Políticas Alimentarias y Obesidad de la Universidad de Connecticut, las compañías en todo el país “están gastando más dinero en promocionar bebidas azucaradas y comida chatarra a los hispanos”. La investigadora cuestiona: ¿Lo están haciendo porque hay alta demanda de este grupo o ellos crearon la necesidad?”.
Agua es vida

NOMBRE DE CAMPAÑA. El nombre de "Water Up!" salío de diez grupos focales con la comunidad.
“El nombre Water Up!, agua es vida, salió de diez grupos focales que hicimos. Nos dimos cuenta de que no solo es una cuestión de promover sino que también debemos mejorar el acceso al agua porque en tiendas, restaurantes y escuelas hay muy poca oportunidad para tomarla”, dice la profesora.
Un dato que resalta el instituto es que los padres latinos gastan entre un 12% y 16% de su ingreso en comprar agua embotellada, “mientras que los blancos solo un 8%. Entonces, hay una disparidad muy grande en términos del acceso al agua. Cuando te sientas en un restaurante en Langley Park, muy pocos restaurantes la ofrecen y te miran de reojo si la pides”.
Problema de percepción

AGUA. Colón-Ramos: No solo se trata de promover el consumo de agua, sino mejorar el acceso a ella.
En cuanto a que el agua sea apta o no para el consumo humano, de acuerdo a Colón-Ramos, se trata de un problema de percepción de la comunidad hispana (y otros grupos minoritarios), pues tienen la idea de que el líquido vital está sucio o contaminado, si lo toman directamente del chorro.
“Es posible que venga sucia, aunque nosotros hemos probado el agua en las escuelas, antes de establecer fuentes nuevas para saber si tenía plomo, que es la preocupación primordial acá en esta área porque la tubería es bastante vieja, pero salió bien”, afirma la experta.
La catedrática asegura que la gente desarrolla una preferencia por sabor de agua a temprana edad. Hay personas que la toman de chorro desde su infancia y no les parece diferente, mientras que los latinos u otras minorías la prueban y creen que está sucia. “El agua que mejor sabe en EEUU es la de Nueva York, sin embargo, acá también ha ganado bastantes premios, pero tiene un sabor a bahía, porque viene de los ríos; la limpian, pero es un poco diferente”.
A pesar de que el instituto ha probado y estudiado el agua del grifo de algunas escuelas en la localidad, Colón-Ramos afirma que a diferencia del Distrito de Columbia, en el Condado de Prince George’s no hay protocolos para probar el plomo.
Desde el 1 de julio inició un “experimento social” en Langley Park, pues al menos cinco restaurantes empezaron a ofrecer combos de comida con agua.
Dependiendo de los resultados comerciales, esperan que más locales se unan a esta iniciativa saludable.
El mensaje es sustituir las bebidas azucaradas por agua y esto se verá reflejado en mejoras para la salud, tales como una adecuada presión sanguínea e incluso pérdida de peso.