En El Salvador, unas 800,000 personas comen mal, una cifra que ha ido en aumento en los últimos tres años, según el informe “Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe” que difundió ayer la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el marco del Día Internacional de la Alimentación.

En el informe 2017 El Salvador fue catalogado dentro de los seis países de América Latina y el Caribe que han incrementado el hambre, eso pese al millonario gasto que mantiene en Gobierno en programas sociales de asistencialismo en las zonas más pobres de la nación.

Sin embargo en otros 21 países de América Latina y el Caribe, la tendencia ha sido reducir el hambre.

Los otros cinco países en los que ha crecido el hambre son Argentina, Ecuador, Granada, Perú y Venezuela, que presentaron un alza en la prevalencia de la subalimentación en el último período.

Por subalimentación se entiende una dieta alimentaria deficiente. En El Salvador pasó de un 10.7% entre 2004 y 2006 a un 12.3% entre 2014 y 2016.

En números reales, esto significa 200,000 personas más que se alimentan mal, si se toman en cuenta los datos desde 2004.

El caso más significativo es Venezuela pues la subalimentación creció en 3.9 puntos porcentuales con respecto al trienio inmediatamente anterior. En términos absolutos, esto significa un aumento de 1.3 millones de personas subalimentadas en ese país.

El estudio hace referencia a la elevada inflación de los alimentos.

Canasta básica

El informe de la FAO incluye datos que combinan el salario mínimo con el costo de la canasta básica. Sin embargo, las cifras de El Salvador muestran que el pago mensual está por arriba del costo de la canasta básica individual.

Los datos de la Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc) informó que a septiembre de este año la canasta básica urbana familiar, en la que se incluyen al menos 9 productos básicos, era de $196.87 mientras que la rural era de $138.15.

En un comunicado oficial el Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) hizo un llamado vehemente por la paz en momentos en que son cada vez más evidentes los vínculos entre los conflictos, la migración y el repunte del hambre.

Preocupa que se pierdan los avances logrados hacia la meta de acabar con el hambre en el mundo debido a las cifras récord de migraciones forzadas de gente que huye de conflictos.

“Algún día en el futuro el Día Mundial de la Alimentación será una celebración de un mundo en paz y bien alimentado. Lamentablemente, ese día parece lejano. Tenemos demasiada violencia y conflictos, y es por eso que tenemos a tantos hambrientos que necesitan asistencia”, dijo el Director Ejecutivo del PMA, David Beasley.

Después de haberse reducido durante una década, el hambre está aumentando otra vez. De 815 millones de personas que pasan hambre en el mundo, 489 millones viven en países afectados por conflictos, reveló el mes pasado el informe anual de la ONU sobre seguridad alimentaria y nutrición.

El reporte “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2017 muestra que, a pesar de que la mayoría de los países han logrado reducir considerablemente el hambre en los últimos 25 años, los avances en los países afectados por los conflictos se han estancado o deteriorado. Los conflictos pueden destruir la economía, trastornar la agricultura y forzar a la población a emigrar.

Un estudio del PMA, publicado este año, estableció una conexión entre el hambre y la migración. Los países con mayores niveles de hambre, junto a conflictos armados, tienen las mayores tasas.


Lea el articulo original en elsalvador.com

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