FAMILIA. De izq. a der.: Ray Abadía, Luis Armando, Emily, Aracely y Anna Reyes en la Iglesia St. Catherine.
Desde muy niña, la joven Emily Reyes pidió a sus padres que cuando cumpliera sus 15 años quería tener una fiesta de quinceañera. El sábado 16 de septiembre, ese sueño se le cumplió.
Deslumbrantemente trajeada de rosado con un vestido de falda ancha con armador y los detalles en plateado, la joven hija de los salvadoreños Aracely y Luis Armando Reyes disfrutó felizmente su día en unión de su familia y amigos, una celebración que jamás podrá olvidar.
Luego de meses de preparación, finalmente llegó la fecha esperada.
La tarde empezó con una misa de acción de gracias en la Iglesia St. Catherine, sesiones de fotografía en el Capitolio y el Parque Regional de Wheaton dirigida por el amigo de la familia, Pedro Sorto, las pleitesías de su cortejo de honor y concluyó con la fiesta de Quinceañera, a la que asistieron amigos y familiares, muchos de ellos residentes en los estados de California, New Jersey y Nueva York y otros que vinieron desde El Salvador.

INOLVIDABLE. Emily Reyes con su cortejo de honor cerca del Capitolio en Washington, DC, el 16 de septiembre.
“Estuvo súper bien. Lo que más me encantó fue haber podido tener a la familia reunida y haber podido celebrar este día tan especial para mi hija y ella definitivamente lo disfrutó al máximo, la pasamos rico”, dijo a El Tiempo Latino, la señora Aracely Reyes, madre de Emily, quien gentilmente accedió a compartir las vivencias de su familia con ocasión del especial de Novias y Quinceañeras que circula hoy viernes 20 de octubre de 2017 en la edición impresa de este semanario.
La fiesta de quinceañera es una tradición muy bien arraigada en Latinoamérica y las jóvenes latinas que nacen en los Estados Unidos, generalmente también disfrutan al máximo esta celebración.
Muchas cumpleañeras optan por hacer un viaje, tal como sucedió hace casi siete años con Anna Reyes quien le pidió a sus padres un viaje a República Dominicana.
“Emily desde pequeña dijo que quería su fiesta y nunca se echó para atrás”, admitió Aracely sobre el sueño de su hija menor que, de alguna manera, cumplió también el sueño de Anna.
“Cuando estábamos con las invitaciones Anna decidió que ella quería diseñar las invitaciones y así lo hizo. Ella estaba muy emocionada y cuando veníamos de regreso de recoger las invitaciones, la vi muy entusiasmada y le pregunté que si se arrepentía de no haber tenido una fiesta de quinceañera me dijo que ‘sí’ y se puso a llorar”, confesó Aracely.
“Es cierto que es un trabajo aparte y un esfuerzo económico, pero si lo pueden hacer y quieren que sus hijas cumplan ese sueño de la fiesta de 15 años, como una vez lo soñó mi hija, vale la pena el esfuerzo. Es algo muy bonito y una buena ocasión para reunir a toda la familia”, concluyó Aracely Reyes.
———————————————————————
Esta historia de la familia Reyes es una de las que El Tiempo Latino comparte con sus lectores en su sección especial de Novias y Quinceañeras que circula en la edición del 20 de octubre de El Tiempo Latino.