“Medio ambiente sano es un Derecho Humano” fue el lema del Festival del Mar y Tierra, que desarrolla desde hace 12 años la Parroquia San Carlos Borromeo y las diferentes comunidades del municipio de La Unión.
Hubo desfile por las principales calles, encabezado por los miembros de la banda regimental del Destacamento Militar Número Tres (DM3) con sede en el departamento de La Unión, y la participación de otras bandas de varios institutos educativos.

FELIGRESES. Cargando una planta de maíz los feligreses desfilaron dando gracias a Dios por las cosechas.
Una sola carroza transportó a las niñas candidatas a reina del festival, quienes lucieron atractivos vestidos elaborados con material reciclado, así como hojas de plantas, semillas de granos básicos y diferentes frutos.
Mientras que los feligreses cargaban una planta de maíz como una muestra de agradecimiento al Creador por todas las cosechas que les da a través de la tierra, y los alimentos que tienen en la pesca artesanal.
En la zona peatonal frente a la parroquia y en el parque central, era todo un afán.
Mujeres, hombres y adolescentes trabajando en la elaboración y venta de una variedad de comida desde sopa de gallina india, panes con pollo, pescado frito, horchatas, atoles y riguas.
El dinero de la venta de los alimentos es propia de cada una de las comunidades y esos fondos son usados para hacer mejoras en las diferentes Ermitas.
La candidata que vendió más votos fue electa como reina del festival.
Ese dinero va para las arcas de la parroquia y será invertido en los diferentes proyectos de reparaciones que hacen en el templo.
El párroco Agustín Romero dijo que la celebración es con los campesinos y los pescadores artesanales, ambos rubros son la fortaleza de la alimentación de miles de familias de la zona.
Romero agregó que en años anteriores cada comunidad sacaba una carroza, pero “se decidió hacer una sola para darle mayor participación a las comunidades”.
Todas los asistentes disfrutaron comprando las tradicionales “riguas”. La comunidad del cantón Loma Larga fue la responsable de hacer las riguas.

TRADICIONES. Con molinos antiguos de elotes hacen la masa para conservar las tradiciones gastronómicas de La Unión.
Los hombres se dedicaron a raspar el elote; otros, a triturarlos en un molino conocido como “de mano”, y las mujeres, a hacer las tortillas y pasarlas por la plancha para su cocimiento.
Cada rigua costaba 50 centavos de dólar.
“Estos son de los molinos antiguos, aquí sacamos la masa para las riguas y quedan ricas el sabor”, agregó Pedro Alfaro.
Al final hubo degustación gratis de atol de elote.