Un grupo de manifestantes se dio cita en la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington DC el lunes 23 de abril, para protestar contra las violaciones de Derechos Humanos ocurridas en Nicaragua, tras el estallido que produjo la reforma de la Ley de Seguridad Social realizada por el régimen de Daniel Ortega.
Los presentes rechazaron los asesinatos y la violencia tras la represión de los cuerpos de seguridad del estado y las fuerzas de choque. Según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), para el miércoles 25 de abril, los muertos se elevaron a 34, distribuidos entre Ciudad Sandino, Estelí, León, Managua, Masaya, Sébaco y Tipitapa. La Comisión Permanente de Derechos Humanos informó que hay 66 heridos en hospitales y 16 desaparecidos a la fecha.
Entre el registro de fallecidos se encuentra el periodista Ángel Ganoa, quien fue asesinado de un disparo mientras transmitía en vivo las protestas. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) lamentó este acontecimiento, mientras que recordó que la organización ha denunciado en cada informe semestral el “autoritarismo y la restricciones a la libertad de expresión” atribuidas a Ortega.
Por su parte, el gobierno de los Estados Unidos emitió un comunicado en el que condenó las acciones violentas y el “uso de la fuerza excesiva por parte de los policías y otros contra civiles que están ejerciendo su derecho constitucional a la libertad de expresión y reunión”. En el texto también se expresa la preocupación por las pérdidas de vidas y lesionados.
“Los Estados Unidos hace un llamado a un diálogo amplio que involucre todos los sectores de la sociedad para resolver el conflicto actual, restaurar el respeto por los derechos humanos, lograr un futuro mejor y más democrático para todos los nicaragüenses”, se lee en el documento, mientras que se hace un llamado a permitir que los periodistas trabajen con libertad y se restablezca en su totalidad las señales de televisión sacadas del aire.
De acuerdo a la versión oficial, solo existieron tres muertos confirmados por la esposa del primer mandatario y vicepresidenta, Rosario Murillo el viernes 20 de abril, en la primera aparición pública después de que se desató la oleada de protestas. Un día después, el propio Ortega hizo una intervención en televisión, pero no mencionó la creciente cifra de asesinados, aunque sí atribuyó los actos violentos a supuestos grupos financiados por los EE.UU., un discurso en el que se eximió de responsabilidades para culpar al país norteamericano, lo que recuerda a Nicolás Maduro en sus alocuciones, luego de que las fuerzas de represión del régimen venezolano asesinara a más de 100 manifestantes en 2017.
Murillo calificó de forma anticipada a los responsables de los actos violentos como seres “mezquinos y mediocres”, mientras que ordenó que se iniciara una investigación para dar con los responsables. Entretanto, el jefe de Estado revirtió la reforma que detonó el estallido social en su segunda aparición en televisión el domingo 22 de abril.
Habla el pueblo
Mientras que en Managua, la capital del país centroamericano, miles de personas salieron a las calles vestidas de blanco para manifestar el rechazo a la represión y el cese de la violencia, convocadas por el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), en una actividad llamada “Caminata por la paz y el diálogo”, el mismo martes 23 de abril, los nicaragüenses residentes del área metropolitana de Washington D.C. se reunieron frente a la OEA demandar acciones inmediatas.
Blanca Bermúdez:
Esta protesta es por la violación de los de derechos humanos de todos los estudiantes, por los asesinatos indiscriminados en Nicaragua. Nos prometieron que iban a liberar a los presos y no lo han hecho. Esto es un crimen, ya estamos hartos de Daniel Ortega, lo queremos fuera junto a su comitiva. Deseamos un nuevo gobierno y nueva etapa”.
Marilyn Caejas:
“Para nosotros no es suficiente que revierta la reforma al Seguro Social. Estamos protestando por muchos derechos que han sido violados, como la libertad de expresión. Queremos que se investiguen las muertes de los estudiantes, los desaparecidos y que el gobierno de Daniel Ortega retire a la Policía Nacional y deje de matar a nuestros jóvenes”.
Oswaldo León
“Estamos frente a la sede de la OEA para denunciar que Nicaragua ha violado la Carta Democrática Interamericana, según la cual se compromete a respetar el Estado de Derecho, los Derechos Humanos y las libertades individuales de los ciudadanos. Esto es un genocidio perpetrado y apoyado por las autoridades, la policía y el ejército, ordenado por el presidente y su esposa, la vicepresidenta inconstitucional, Rosario Murillo”.
Roberto Carlos Pérez
“Ortega ha demostrado ser un dictador. Con una mano criminal represiva ha matado a los estudiantes y violentado el derecho de los ancianos. Creemos que la única manera de hacerle ver esto al mundo es tomando las calles sin quedarnos callados, porque eso es precisamente lo que él quiere. Ha mandado a hordas de criminales para frenar las protestas, pero no ha podido”.
Manuel Campos
“Hasta el día de ayer estaba con la revolución. No me da vergüenza decirlo, pero los hechos que han ocurrido exigen definir actitudes, porque he estado siempre por los intereses del pueblo, no de una familia. Esta es mi decisión, sigo a la par del pueblo, esto que ocurre en nicaragua es un crimen. A los grupos de la juventud sandinista los convirtieron en sicarios políticos”.