El crecimiento económico de El Salvador durante los últimos cuatro años, lejos de dinamizar la actividad productiva, se ha desacelerado y no ha sido capaz de generar las condiciones para atraer más inversiones o fomentar las exportaciones, con lo cual tampoco se han podido crear los puestos de trabajo que el país necesita.

La administración del presidente Sánchez Cerén se ha caracterizado por un crecimiento con un vaivén irregular, como una especie de sube y baja. Según el nuevo cálculo del Producto Interno Bruto (PIB), en este Gobierno el crecimiento promedio anual ha sido del 2.4 %, menor al de la administración anterior, que fue del 2.6 %.

De acuerdo con el expresidente del Banco Central de Reserva (BCR), Mauricio Choussy, en el segundo periodo del Fmln se observa que la tasa de crecimiento económico, en vez de mejorar, refleja una desaceleración del crecimiento y, a la vez, una consolidación del modelo anterior al Fmln, que planteaba la necesidad de que la estructura productiva, basada en la agricultura y la industria, pasara a los servicios.

“En la situación actual los servicios representan el 75% de la economía y la agricultura, donde pertenece el 25% de la población rural, solo significa el 6.4 % de la economía, consolidando un modelo que propicia más el consumo que la inversión”.

En la misma línea, el economista Rigoberto Monge sostiene que de los tres motores de crecimiento: inversiones, consumo y exportaciones, ha sido el consumo el que ha permitido al país experimentar mayores tasas de dinamismo.

¿Y el consumo de qué depende?, Monge señala que este se basa en tres factores: el crédito, las remesas, sobre todo a través de las tarjetas de crédito, y fundamentalmente del empleo.

El crédito ha estado creciendo como una herramienta importante para la compra de los hogares y las familias, y se basa en los ingresos y empleos de la gente.

Pero los empleos no han crecido al ritmo que el país necesita para absorber a las cerca de 50 mil personas que cada año salen a buscar un trabajo en el mercado laboral.

“Seguimos creciendo a la cola del resto de Centroamérica. Insuficiente para la sostenibilidad de los programas sociales. Solo en 2011 tuvimos una tasa de crecimiento del 3.8 %, que se explica por la recuperación de la gran crisis que venía de 2008 y 2009; pero jugamos entre el 2 y 3 %”, Rigoberto Monge, economista

El empleo formal del sector privado, según las estadísticas del Seguro Social, hasta 2014 fue de 630,000 trabajadores cotizantes, pero al primer trimestre de 2018 el empleo privado fue de 651,000 puestos de trabajo; mostrando un crecimiento de solo 21,000 plazas laborales.

Esto es un promedio de 5,300 puestos de trabajo por año, por lo cual “la evaluación de la economía en el periodo del presidente Sánchez Cerén no pasa la prueba del empleo”, dice Monge.

En el caso del empleo del sector público, al cierre del primer trimestre de 2018, este era de 165,000 puestos de trabajo, o sea que por cada 100 empleos formales 20 eran empleos públicos, una carga para el país muy fuerte de sostener.

En el lado de las remesas, Choussy comenta que estas experimentaron un crecimiento importante, pero esto no es un efecto directo de la gestión del Gobierno, sino que viene dado por el impacto que está teniendo la recuperación de la economía mundial y el incremento de los envíos de divisas de nuestros compatriotas.

Por ElDiarioDeHoy.com

últimas noticias


Sucesos

El caso de Hickman's Family Farms

MS-13: "Te unís o te morís"


Política

La representante Tricia Cotham deja el Partido Demócrata para unirse al Republicano


Nacional

En Florida preparan ley contra los periodistas y medios de comunicación