“La FIFA puede costear cualquier cosa que decida el congreso”. Con tal seguridad, Gianni Infantino, presidente de la FIFA, dejó la mesa servida para que la próxima semana las federaciones voten por la sede de la Copa del Mundo de 2016.
En información de AP, el italiano dejó clara su postura de que cualquier escenario, por menos favoritismo posible, puede contar con el apoyo del organismo que regula el fútbol a nivel mundial para la óptima realización de sus torneos.
Para la Copa de 2026, la candidatura conjunta que protagonizan Estados Unidos, México y Canadá luce lo suficientemente fuerte para contar con los votos necesarios y así organizar el Mundial; sin embargo, Marruecos aparece en escena para interrumpir.
El punto a favor de que el evento se lleve a cabo en territorio americano radica en las posibilidades de contar con transmisiones televisivas que abarque un mercado mayor, por lo que aumentaría el atractivo en materia de publicidad y a partir de ahí serían mayores las ganancias desde lo económico.
Aunque el tema monetario cobre mucha fuerza para los directivos de la FIFA, Infantino dijo que “el dinero es un factor, pero no el único”.
El mandamás del ente advirtió que espera que “cuando (las federaciones) voten, piensen en lo que es mejor para el fútbol y no en otros criterios subjetivos que podrían tener para sí mismos”, advirtió Infantino.