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Se desploma la seguridad energética de Venezuela

La seguridad energética es una situación que debe ser monitoreada constantemente, si se quiere a diario. Muchos países así lo hacen. Su valor cuantitativo es obtenido mediante un índice que expresa su calidad en un periodo, generalmente de un año, publicó el portal venezolano La Patilla con información de Nelson Hernández, ingeniero energista.

Debido a la importancia que la seguridad energética representa para el desenvolvimiento de las actividades de una sociedad moderna, cada día se hace más importante su comprensión y análisis.

En 2017 se desarrolló una metodología para determinar un índice de seguridad energética para Venezuela.


   
   

Gráfico: La Patilla (1/2)

El tema que ocupa actualmente es la actualización de ese índice para el año 2017, el cual se muestra en la gráfica anterior.

De acuerdo con datos de Hernández, el ISEV (Índice de Seguridad Energética de Venezuela) se deterioró en un 1.73% en comparación con el valor de 2016 (921), al situarse en 905, rozando el área de seguridad baja. En otras palabras, la seguridad energética continúo deteriorándose. Esta situación se refleja en las continuas calamidades que sufre el venezolano en la consecución de los energéticos, tales como electricidad, gasolina, diesel, gas y GLP.


   
   

Gráfico: La Patilla (2/2)

La gráfica anterior muestra una comparación del triángulo de equilibrio del ISEV para los años 2007 y 2017. Nótese la disminución ocurrida, en la que destacó lo correspondiente a la infraestructura de la energía (deterioro continuo) y la gestión gerencial en el área (aplicación de políticas erradas).

Esta inseguridad energética presente en la actualidad en Venezuela afecta considerablemente su soberanía (rango de maniobra para solventar sus problemas económicos y sociales); por ende, perjudica la calidad de vida de la población, llegando incluso a crear una condición de inestabilidad política.

La clave para aumentar la seguridad energética no reside en una independencia energética nacional y de la capacidad para controlar las propias fuentes energéticas (o las ajenas). Más bien, la clave consiste en sumergirse en la realidad energética globalmente interdependiente del modo más diversificado posible y menos vulnerable, subrayó.

Sin esperar el análisis riguroso correspondiente al año 2018, por las señales presentes en lo que va de año, se puede inferir que el ISEV 2018 será menor al de 2017. Es decir, el gobierno no ha implementado las acciones y políticas necesarias para revertir el descenso de la seguridad energética. Luce que esto solo podrá lograr con el cambio de la gestión política que hoy impera en el país, alertó el ingeniero.

Definiciones

La definición estándar y ampliamente utilizada de seguridad energética afirma que se trata de la capacidad para asegurar (o garantizar en grado suficiente) el suministro de energía a los consumidores a unos precios razonables.

Esta definición es tan vaga e incompleta que resulta básicamente inútil en cualquier discusión seria sobre economía energética o geopolítica, subrayó Hernández. También indicó que el objetivo principal de una estrategia energética de un país debe ser garantizar, para su bienestar social y su desarrollo económico, un suministro energético seguro y constante a fin de lograr seguridad energética.

Fuente: La Patilla

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