Una misión de la ONU en territorio colombiano aseguró este jueves que la violencia que ha marcado al país suramericano, enfocado en la muerte de activistas y defensores de los derechos humanos, es un reto para consolidar el proceso de paz.
“El aumento del número de muertes confirma la urgencia que reviste hacer frente a la dinámica de violencia que sigue afectando principalmente a las zonas rurales”, señaló un informe del grupo entregado por Jean Arnault, enviado de la misión.
El visitante dijo que está “profundamente” preocupado por los asesinatos sobre esta serie de activistas, números que se alzaron “notablemente en los días posteriores a las elecciones presidenciales”, en mayo y junio.
“No cabe duda de que esta tendencia sigue estando relacionada con los agentes que tratan de controlar las comunidades, las tierras y los recursos, en particular en las zonas que estuvieron bajo la influencia de las FARC”, comentó.
Desde 2016, año en que se firmó el acuerdo de paz con las FARC, un total de 326 activistas de derechos humanos.
El informe también destacó que gran parte de estos asesinatos se han llevado a cabo en zonas de narcocultivos o usados para minería ilegal.