Henry Alberto Amaya Ayala, de 21 años, tenía pocos días de haber llegado a El Salvador desde Estados Unidos, el 9 de diciembre de 2017, cuando unos supuestos amigos, con engaños, lo sacaron de su casa en Sensuntepeque, Cabañas, y desde ese día su familia no lo vio más.
El joven residía en Estados Unidos desde que tenía 12 años y desde entonces no había regresado a El Salvador hasta diciembre de 2017. El día que desapareció, uno de sus amigos tuvo un accidente en una moto cerca de las 6:00 pm y Henry Alberto, junto con dos más fueron a auxiliarlo.
Regresaron a las 8:00 pm y dos horas después, cerca de las 10:00 pm, uno de esos amigos le hizo una llamada para que saliera a la calle.
Al no regresar, la familia preguntó a los amigos por el paradero de Henry Alberto, pero no daban razón “se mostraban extrañados por la desaparición”.
Familiares fueron a la Fiscalía a denunciar el caso. A los pocos días en caserío Los Rojas en Victoria, encontraron un cadáver irreconocible que suponían que era de Henry Alberto y para comprobarlo le hicieron la prueba de ADN a un familiar suyo.
Dos meses tardó la prueba de ADN al cadáver encontrado y dio negativo. La Fiscalía pidió que otro pariente más cercano se realizara la prueba de ADN: su madre o padre.
A fines de julio llegó la madre de Henry Alberto a quien le hicieron la prueba ADN, para verificar si el cadáver encontrado correspondía a Henry Alberto; sin embargo, ya pasaron casi dos meses y aún no les han dado los resultados. La familia está insatisfecha por la falta de interés con la que la Fiscalía investiga estos casos.