Con el inicio de la temporada 2018-2019 de la NBA, es sencillo apuntar desde el plano colectivo a cuál o cuáles equipos brillarán y lucharán por el ansiado título que defienden los Warriors de Golden State, para muchos, nuevamente el combinado a vencer en la presente campaña y que intentará seguir sumando para alimentar la dinastía que comenzó en 2015.

La batalla en la Conferencia el Este parece más abierta que nunca tras el salto de LeBron James desde Cleveland hasta Los Ángeles, donde ahora defiende el uniforme de los Lakers, lo que abre una enorme puerta para que los equipos de la otra zona inicien una carrera sin precedentes en los últimos 15 años para empezar de la mejor forma posible esta nueva etapa.

Sin embargo, más complicado aún, es el análisis que se adelanta a todo y en el que el principal motivo es dar con los posibles ganadores de los principales premios individuales que la liga revela al concluir la zafra.

El dirigente soñado

Brad Stevens parece listo para alzarse por primera vez en su carrera como Entrenador del Año. El hombre detrás de una restructuración en Boston es la pieza fundamental en el éxito de un equipo que la pasada temporada quedó a un triunfo de colarse en las finales y acabar con el dominio que en el Este tuvieron los Cavaliers.

No obstante, sin James merodeando en dicha Conferencia, los Celtics planean ser el cuadro dominante de la década de los 80, haciendo del joven accionar de la franquicia un grupo blindado por la intensidad defensiva y criterio para el manejo ofensivo.

Apartando las grandes figuras que hoy completan la plantilla verde, es el estilo de juego el que enamora a los fanáticos de Boston, gracias a un equilibrio en el que la disciplina está sobre todas las cosas y el tiro ganador puede ser para cualquiera. La filosofía del joven coach caló rápidamente en una franquicia histórica, demostrando que está para grandes cosas.

La evolución del aprendiz

No basta con una buena racha, lo importante es demostrar que los aplausos del pasado no serán suficiente en el presente. Para el premio a Jugador con Mayor Progreso, se pondera el balance entre el antes y después de determinada pieza, algo que, en la mayoría de los casos, es un parteaguas en la carrera del premiado.

En la edición 2018-2019 de la NBA el reconocimiento podría centrarse en cómo ciertos elementos con poca experiencia dentro de la liga puedan alimentar de los referentes de su generación, algo que de entrada podría llevarnos a todos a voltear a ver hacia la costa Oeste.

Con James en Los Ángeles y un entorno de jugadores que recientemente saltaron al profesional, dos compañeros podrían ser los más beneficiados por la contratación del alero de Akron por las próximas cuatro zafras.

Para Kyle Kuzma y Brandon Ingram, esta es la principal opción que tienen en sus carreras para que la sabiduría del tres veces campeón tenga impacto positivo sobre ellos; sin embargo, y de cumplirse con esta situación, entendiendo que en ese dúo estaría el favorito al premio, el que celebrará será el colectivo.

La muralla

Para ser Jugador Defensivo del Año, contar con la precisión de un cirujano y el don de la ubicuidad son clave. Parece tarea muy difícil, pero algunos brillan con luz propia desde hace un tiempo para destacar por encima del resto.

Kawhi Leonard debería hacerse con los honores. El alero de los Raptors de Toronto asumirá una nueva etapa en su vida, con el uniforme de los canadienses como aliciente para dejar atrás su pasado en San Antonio, cuadro con el que buscará servir de líder y guiarlos a las finales.

Como uno de los jugadores más completos de la actualidad, Leonard tiene todo para ser el hombre que deba marcar el referente ofensivo del cuadro rival, algo que no solo cala desde la media o larga distancia, pues también es capaz de adueñarse de la pintura sin problemas.

El premio soñado

La lucha por ser el Jugador Más Valioso se antoja a lucir esta vez en el Este por la competencia que pueda desatarse en la era post LeBron.

Giannis Antetokoumpo es el responsable de esto, pero Kyrie Irving no quiere quedarse atrás. Leonard, aún con las dudas sobre su llegada a Toronto, es otro de los que deben ser vistos con detalle, pues cuenta con las herramientas para alzarse como MVP.

Sin embargo, en caso de que el Oeste vea a uno de los suyos hacerlo, sería entonces Anthony Davis el hombre en cuestión. El interno de los Pelicans de Nueva Orleans se autoproclamó mejor jugador de la liga, algo que, pese a su calidad, lo llevará a ser más responsable con sus palabras, a menos que demuestre su verdadero valor en la NBA.

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