La libertad de expresión es un derecho fundamental del ser humano y una de las presas de caza mas codiciadas por dictadores y populistas. Hoy, ante la evidente alianza entre populistas y dictadores que comparten delitos y convienen en silencios, la libertad y el bienestar del mundo se encuentran en inesperado peligro.
Centenares de periodistas sufren cárcel, muerte y tortura solo por cumplir con su deber de informar. La gran mayoría han sido condenados al olvido, pero desde esta tribuna defenderemos a esos soldados de la verdad, pues sin ellos solo nos queda la oscuridad y el silencio.
Reiteramos que con la ausencia de prensa independiente no solo la libertad está en peligro, sino también el bienestar, como bien lo dijo el filósofo y Premio Nobel Amartya Sen; donde no hay libertad de expresión la gente se empobrece y muere “porque no hay el flujo de información e ideas necesarias para enfrentar las crisis”. El ejemplo más claro de esto lo tenemos en la Gran Hambruna que provocó mas de 20 millones de muertos durante el período comunista de la República Popular de China entre 1958 y 1961.Nunca ha habido hambrunas en sociedades libres.
Donde hay miedo no hay libertad; y donde no hay libertad no hay progreso.
La semana pasada, el mundo se enteró con horror del premeditado asesinato del periodista saudí, Jamal Khashoggi quien desde sus columnas en The Washington Post hizo público el lado oscuro y totalitario del príncipe heredero Mohammed bin Salman (MBS). Según el gobierno de Turquía, Khashoggi habría sido asesinado en el consulado de Arabia Saudita en Estambul mientras atendía a una cita que había solicitado allí para evitar ir a su país de nacimiento donde no era bienvenido. Solo iba obtener un documento que le permitiera contraer matrimonio. Según diversas fuentes, videos y grabaciones, quince hombres llegaron desde Arabia Saudita en dos jets privados a Estambul, entraron al Consulado, mataron y desmembraron el cuerpo del periodista y se regresaron ese mismo día con la evidencia de su horrible crimen en unas maletas de regreso al reinado absolutista de MBS.
Arabia Saudita, en un principio negó categóricamente haber matado a Khashoggi para luego decir que había muerto en una “riña” dentro del Consulado. Las críticas y presiones de Alemania, Reino Unido, Canadá y Francia no se hicieron esperar. Sin embargo, inexplicablemente para quienes esperan su tradicional liderazgo moral, Estados Unidos se ha concentrado en evitar una crisis diplomática con su aliado político, suplidor de petróleo y mayor cliente de armamento.
Para enfatizar nuestra preocupación de falta de brújula moral desde la Casa Blanca, destacamos que la primera reacción del presidente Donald Trump no fue acompañar a sus aliados occidentales en su exigencia de explicaciones. El presidente de los Estados Unidos se focalizó en enfatizar que como Arabia Saudita le compra a Estados Unidos US$17 mil millones en armamento había que defender ese mercado porque sino se lo acapararían “los rusos o a los chinos”….
En distintos lugares del Planeta se alían peligrosamente rivales en otras causas con el objetivo común de callar la voz del periodismo independiente. Corresponsales son apresados, exiliados y asesinados en países como Arabia Saudita, Rusia, Turquía, China, Nicaragua, México y Venezuela con la incomprensible ausencia de una brújula moral desde la Casa Blanca. Según la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) hasta septiembre del 2018, la grave violencia contra la prensa en la región habría dejado el triste saldo de veintinueve periodistas asesinados en Las Américas. Según el mismo informe, “el asesinato es la culminación de los actos de violencia contra la prensa que en muchas ocasiones se inicia con amenazas y agresiones físicas”.
Quien controla la prensa controla el presente y como dijo George Orwell en su novela 1984: “Quién controla el presente, controla el pasado y quien controla el pasado controlará el futuro.”