“No es tiempo de retroceder sino de incrementar la presión”, advirtió John Bolton, consejero de Seguridad Nacional estadounidense, en un discurso otorgado en Miami a seis días de las elecciones legislativas para referirse a un nuevo “eje del mal” que prefirió llamar “troika de la tiranía”.

Este selecto grupo de países Latinoamericanos que se encuentran enfrentados con la Casa Blanca son Cuba, Nicaragua y Venezuela. Aunque estas naciones han recibido reiteradas amenazas y sanciones en distintos puntos históricos, Bolton aprovechó la oportunidad para arremeter nuevamente contra estos gobiernos.

“Esta troika de tiranía, este triángulo de terror que se extiende desde La Habana hasta Caracas y Managua, es la causa del inmenso sufrimiento humano, el ímpetu de la enorme inestabilidad regional y la génesis de una sórdida cuna del comunismo en el hemisferio occidental”.

Nicaragua fue el país de la “troika” que recibió únicamente amenazas; por su lado, Venezuela y Cuba sumaron sanciones por medio de las cuales no solo se ven afectados sus funcionarios, sino también las operaciones financieras y económicas del Estado.

En el caso de Cuba, se amplió la lista de empresas con la que estadounidenses no pueden transar porque, según el Departamento de Estado, están controladas por militares o los servicios de inteligencia cubanos.

En lo que respecta a Venezuela, los ciudadanos estadounidenses no podrán involucrarse en “transacciones fraudulentas y corruptas” con oro venezolano, que ha sido la forma en la que el régimen de Nicolás Maduro ha buscado el ingreso de divisas ante la baja producción del sector petrolero que poseen.

Tratando de revivir tiempos de gloria

De todas formas, no es la primera vez que Estados Unidos señala a un grupo de países como enemigos públicos. En un discurso del Estado de la Unión emitido por el expresidente, George W. Bush, en el año 2002, se utilizó por primera vez el término “eje del mal” para referirse a los países cómplices con el terrorismo a juicio de la nación norteamericana: Irak, Irán y Corea del Norte.

Posteriormente, a esta lista se le agregó Libia, Siria, Cuba, Bielorrusia, Birmania y Zimbabue: “Estados como éstos, y sus aliados terroristas, constituyen un eje del mal que se arma para amenazar la paz del mundo. [Nuestro objetivo] es prevenir que regímenes que apoyan al terror amenacen a [Estados Unidos] o a nuestros amigos y aliados con armas de destrucción masiva. Algunos de estos regímenes han estado bastante callados desde el 11 de septiembre, pero conocemos su verdadera naturaleza”, explicó Bush para ese entonces.

No obstante, el mecanismo de acción utilizado contra estos países en ese momento histórico no fue alineado; los métodos de Estados Unidos contra Irak diferían sustancialmente con los utilizados con Corea del Norte.

También, el uso del término fue ampliamente criticado porque las tres naciones mencionadas en el discurso de Bush no tenían políticas coordinadas, por lo que planteaban que denominarlo “eje” era incorrecto.

Tales críticas no aplicarían en este contexto con la “troika de la tiranía” porque el gobierno de Venezuela está completamente alineado en sus políticas con el de Nicaragua y primordialmente con el de Cuba.

¿Troika de la tiranía o estrategia electoral?

Antes de este encuentro con Bolton, el panorama electoral para los republicanos en Florida era difícil y el voto cubano era clave para lograr un resultado favorable. Así que todas las piezas en este acto jugaron un papel primordial para lograr el objetivo electoral.

El lugar en el que se realizó el discurso, la Torre de la Libertad, es un punto icónico para los cubanos inmigrantes, que evoca la nostalgia, ya que, fue utilizado por los Estados Unidos para asistir a los refugiados que han huido de Cuba por el régimen de los Castro.

Asimismo, el discurso realizado por Bolton fue dirigido a aliviar el hastío del latino inmigrante que no ve una salida en los países de origen con los gobernantes de sus respectivas naciones por no haber ejercido una gestión promisoria o apegada a los fundamentos democráticos.

El discurso tuvo un impacto contundente en la comunidad hispana, tomando en cuenta que se aprovechó el contexto para emitir más sanciones. Sin embargo, en el caso de una posible intervención en Venezuela, Bolton contestó: “No veo que eso vaya ocurrir”. Aunque anteriormente había dicho que Estados Unidos busca ver que “cada ángulo de este triángulo caiga: en La Habana, en Caracas y en Managua”.

Por su parte, el asesor perteneció a la administración de Bush. El concepto del “eje del mal” de este mandatario otorgó al partido Republicano un gran apoyo por parte de la ciudadanía, pues daba sensación de protección ante los sucesos que habían ocurrido recientemente el 11 de septiembre y que estaban además relacionados al terrorismo ejercido por esos países.

De hecho, el “eje del mal” ya había intentado ser revivido sin éxito después del discurso emitido por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la última Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el que condenó a Venezuela, Corea del Norte e Irán.

“El flagelo de nuestro planeta hoy es un pequeño grupo de regímenes que violan cada uno de los principios sobre los cuales se basa la ONU. Ellos no respetan ni a sus propios ciudadanos ni los derechos soberanos de sus países”, dijo Trump en esa oportunidad.

Además, a la par de este discurso de Bolton, se estaba discutiendo en la ONU el embargo a Cuba. La votación no favoreció a los Estados Unidos, quien solo consiguió apoyo de Israel, pero la decisión tampoco fue bien recibida por los cubanos que han tenido que huir de la isla y que se encuentran residenciados en la nación norteamericana.

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