La caravana de migrantes centroamericanos sigue su marcha rumbo al norte convencida de llegar a Tijuana, lugar desde el cual quieren pedir asilo a Estados Unidos pese a que el presidente de ese país, Donald Trump, ha endurecido este trámite. La sorpresa es que la ruta, ya no es la misma para todos, pues viajan de manera dispersa.
El grupo más grande de la caravana, conformado por unas cuatro mil personas, abandonó las instalaciones del centro deportivo Magdalena Mixhuca y volvió a ponerse en marcha.
En la asamblea celebrada el pasado jueves, en la que participó toda la caravana, se decidió, por votación a mano alzada, salir de la capital el viernes y seguir la ruta que lleva a Tijuana, sin dejar a nadie atrás y al ritmo que marcaran mujeres y niños, reseña la agencia de noticias EFE.