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El tenis entra en una nueva batalla con el anuncio de la ATP Cup

Cuando el pasado mes de agosto los organizadores de la Copa Davis revelaron los detalles del nuevo formato aprobado para el torneo de tenis por equipos, el silencio se tornó incómodo dentro del deporte blanco. De esto se valió la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) para planificar un evento que contara con el atractivo para que las principales raquetas del planeta se sumaran, algo que esperan con el arribo de la ATP Cup.

En atención a los medios de comunicación durante la celebración de la Nitto ATP Finals, en Londres, representantes del tour comentaron de forma oficial que en el año 2020 entrará en escena una nueva competencia por países, la cual se llevará a cabo durante diez días en tres distintas sedes de Australia.

La lucha se estará desarrollando a inicio de calendario.

Con esto, la Asociación volverá a contar con una fiesta deportiva de esta talla, rememorando lo que entre 1978 y 2012 fue la ATP World Cup Team, con nuevas historias por contar y a la espera de que tanto atletas como fanáticos del tenis puedan coincidir y crear una rápida tradición.

¿Cómo se jugará?

Con 24 países en acción, estos serán repartidos en seis grupos de cuatro equipos cada uno. Cada cuadro podrá contar con hasta cinco piezas para desenvolverse en la primera fase, de la cual saldrán un total de ocho combinados, los seis líderes y los dos mejores segundos, quienes avanzarán a una segunda etapa.

Ahí llegará el round robin, donde quedarán emparejados en llaves de eliminación directa hasta conformar la final del torneo.

Cada eliminatoria contará con dos compromisos de individuales y uno de dobles, cada uno de estos al mejor de tres sets.

El torneo promete 750 puntos en el ranking al flamante campeón, un incentivo interesante, sobre todo para piezas no tan fuertes en el plano individual dentro del tour, pero que desde la óptica grupal pueden dar algo más de batalla, convirtiendo a esta opción como una de las alternativas que podría sumar a raquetas de forma voluntaria y no por obligación.

Además, en el campo económico, se aseguran más de 15 millones de dólares a repartir por los 10 días de competencia.

Una confirmación anticipada

El hecho de que el serbio Novak Djokovic estuviera presente en el anuncio determinó que el número uno del mundo y actual presidente del Consejo de Jugadores de la ATP, será uno de los grandes atractivos del torneo que dará su primer paso con el inicio del año 2020.

“Me gusta que sea propiedad de ATP, de los jugadores, y que haya puntos en juego”, manifestó el de Belgrado en el acto, dando su bendición a una cita que se considera como más cercana a los exponentes de la disciplina.

Probablemente, ante de revelarse esta buena nueva, el monarca del ranking tuvo comunicación directa con los organizadores para conocer los planes y así transmitirle al universo de jugadores la idea con la misión de conseguir aprobación.

“Más del 90% de las ocasiones en las que jugamos, lo hacemos de manera individual y no tenemos muchos eventos por equipos. Esto unirá a muchas naciones y para mí personalmente será un orgullo representar a mi país”, confirmó.

Contar de entrada con alguien como él abre una puerta muy grande por la que seguramente pasarán los principales elementos de la clasificación masculina, generando mucha expectativa por lo que vendrá a continuación. El punto a favor de las cabezas de la ATP estuvo en estudiar de antemano las necesidades de los deportistas y sobre eso armar un torneo que brindara ganancias de lado y lado.

La presentación, al menos vista como génesis de los que estará en juego dentro de aproximadamente 14 meses, pone sobre la mesa la opción de ver al tenis, y a cualquier otra disciplina en líneas generales como un negocio, pero con la sensación de que esta vez la Asociación escuchó a los suyos, a los que realmente brindan el espectáculo, y a partir de ahí poner los primeros ladrillos.

El beneficio del calendario

Más allá de su formato, con quién puedan contar, el dinero a repartir y sus puntos en la clasificación, lo que podría estar llamando cada vez más la atención de los exponentes del deporte blanco estaría ligado a un tema de ubicación, más que geográfica, en el almanaque.

Con el anuncio de que será días antes del Abierto de Australia, la ATP Cup bien podría tomarse además como un evento que surja como preparación muy cercana al torneo de Asia-Pacífico. Si es visto de esta forma por los jugadores, realmente sería poco lo que quede por armar, pues, en principio, lo más importante y rentable pasa por la confirmación de las raquetas que ponen el show y venden entradas.

En el ámbito geográfico también estará una ventaja, aunque no tan pesada como la recientemente detallada.

El calor asfixiante de Oceanía y sus altas temperaturas son tema, en ocasiones, de críticas por parte de jugadores y fanáticos. El primer Major del año ha acondicionado sus instalaciones de manera que poco afecte este aspecto a sus piezas, algo de lo que deberán aprender los manejadores de la ATP Cup para evitar llamados de atención en su nacimiento.

Otro tema a verificar será cómo esto podría apartar de sus labores a tenistas habituados a jugar esas citas previas al Abierto de Australia, con Brisbane, Sídney, o hasta la propia Copa Hopman como torneos sacrificados para dar paso a esta nueva propuesta.

Un golpe a la historia

El gran afectado en todo esto no es más que la Copa Davis. El lamento del nuevo grupo detrás del prestigioso torneo debe estar en no haber hecho lo que sí consiguió la ATP y que anteriormente fue explicado.

Es una realidad que los grandes gerentes de la Federación Internacional de Tenis (ITF) no tienen la misma cercanía con los tenistas que sus pares del tour masculino; sin embargo, haber pecado en el debido análisis sobre lo que podía adaptarse mejor a las necesidades de los atletas terminó condenándolos.

Fueron muchas las voces pesadas que se manifestaron una vez que la ITF, ya por el el mes de agosto, aprobara los cambios que buscaban retomar el atractivo por una competición rechazada en múltiples ocasiones por los referentes.

El suizo Roger Federer, por ejemplo, indicó hace varios meses sentirse “triste por ello, por no tener la Copa Davis a la que estábamos acostumbrados. Nunca será lo mismo para la próxima generación”.

Por su parte, el alemán Alexader Zverev, top 10, se negó a jugar la etapa clasificatoria del mes en curso, alegando que el calendario genera un desgaste lo suficientemente significativo en el plano físico y anímico, por lo que prefería descansar y así recuperar fuerzas de cara a la preparación para el Abierto de Australia, primer Grand Slam de la campaña.

Como estos dos, otros tantos tenistas dieron un paso al costado, manchando un histórico torneo que parece oxidarse ante la falta de inteligencia por parte de sus organizadores, quienes ahora tendrán la tarea de levantar una cita infaltable con un nivel un tanto inesperado.

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