La polémica que desató el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi aún tiene episodios por resolver, con la monarquía de su país en entredicho luego de que investigaciones apuntaran al príncipe como autor intelectual del hecho.
A falta de confirmación, el príncipe heredero Mohammed bin Salman está en el ojo del huracán por un hecho dantesco que ocurrió el pasado 2 de octubre.
No obstante, un país aliado de Arabia Saudí, como Estados Unidos, ha restado importancia a la situación pese a la crítica de gran parte de la comunidad internacional, así como los organismos encargados de llevar el caso.
El presidente Donald Trump ha sido el que más se ha plantado en defensa del país aliado, llevándolo al punto de cuestionar al servicio secreto de su país por apuntar hacia el heredero.
De acuerdo con información de la agencia de noticias AP, la negativa de la monarquía saudí sobre su intervención en el asesinato de Khashoggi, llevó a Trump a señalar que “quizás el mundo debería hacerse responsable porque el mundo es un lugar peligroso. El mundo es un lugar muy, muy peligroso”.
Sobre este territorio como aliado, el mandatario confirmó que “el hecho es que ellos han generado una enorme riqueza, trabajos realmente enormes en sus compras y, muy importante, mantienen bajo el precio del petróleo”.