Venezuela es una pieza del juego en la región. Diversos países, a partir del 10 de enero no reconocerán a Nicolás Maduro como presidente por haberse impuesto en unas elecciones que nadie reconoció. México será la excepción y trabaja con Maduro, considera un dictador del siglo XXI.

El subsecretario para América Latina del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador , Maximiliano Reyes, reiteró que su país no va a romper relaciones diplomáticas con Venezuela.

El Gobierno de México ratificó su postura de “respeto a la soberanía de las naciones” y política de no injerencia frente a acciones impulsadas por los presidentes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú.

Todo parece indicar que a partir del 10 de enero, México y Venezuela tendrán una buena relación, muy distinta a la que vaya a existir con los demás países de la región, como Colombia, Argentina, Ecuador y Chile.

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