El presidente Trump saludó a las tropas estadounidenses en un viaje no anunciado este miércoles a Irak, donde defendió su decisión de retirar sus fuerzas de la vecina Siria y declaró que el Estado islámico está “muy cerca de ser derrotado”.
El presidente aprovechó su visita a la Base Aérea al-Asad para reforzar su llamado a reducir la presencia de Estados Unidos en las guerras extranjeras y hacer valer su influencia personal sobre los militares en un momento de tremenda agitación en el Pentágono.
Tras meses de presión pública para que pasara tiempo con tropas desplegadas en conflictos en Oriente Medio y Asia Central, Trump aterrizó en la base conjunta de Estados Unidos e Irak al oeste de Bagdad tras un vuelo secreto desde Washington.
Acompañado por la primera dama Melania Trump, el presidente pronunció un discurso triunfal ante los miembros del servicio militar de Estados Unidos el día después de Navidad. “Ya no somos los tontos, amigos”, dijo. Y advirtió que estaba comprometido a retirar las tropas de las guerras extranjeras incluso cuando los expertos de su administración se oponen.
Con información de The Washington Post