En una decisión que tenía días intentando tomar forma, los Wizards de Washington escucharon lo peor: su base y jugador franquicia, John Wall, pasará por el quirófano para someterse a una cirugía en el talón izquierdo para reparar daños que han causado molestias en su físico en las últimas semanas, un hecho que alejará al armador del tabloncillo por lo que resta de campaña, una de más dudas que certezas para los capitalinos y cuya noticia no ayuda a resolver tantos acertijos.
El primero en reportar el caso fue el periodista de la cadena ESPN, Adrian Wojnarowski, quien apuntó a esta decisión como una sugerencia por parte del cuerpo médico que atiende a Wall, intervención que lo dejaría a tope de cara a la próxima zafra, pero cuya pérdida inmediata obliga a pensar sobre cómo se está manejando el año en la capital y sus repercusiones a corto y mediano plazo en la plantilla.
En 32 juegos para él este año antes del cierre de 2018, el piloto exhibe promedio de 20.7 puntos por juego con 3.6 rebotes y 8.7 asistencias; sin embargo, el liderazgo de Wall no solo se mide en las estadísticas. Con nueve años defendiendo los colores de los hechiceros, ha pasado por una serie de transformaciones de la franquicia en la que la meta siempre fue mejorar, pero la falta de desarrollo de algunas piezas, malas decisiones en el mercado y problemas internos ha impedido que la escuadra trascienda de forma positiva.
Referente en el plano ofensivo, también es de los bases más incisivos en defensa, convirtiéndose en uno de los elementos más completos que hay en la actualidad.
El año de altibajos
Lo de Wall no es sencillo de asumir, pero en una campaña que aún no llega a su parte media los Wizards han tenido que lidiar con todo tipo de contratiempos, sumando este caso a una larga lista de hechos para lamentar en un lapso que parece apuntar a un fracaso; no obstante, esa misma condena de verse contra la pared desde el inicio del calendario también podría convertirse en su salvación, dejando aún tiempo para reconsiderar los rasgos a mejorar y así mantenerse en la pelea por obtener un boleto a los playoffs en la Conferencia del Este.
En principio, las críticas sobre Washington estuvieron centradas en sus malos resultados. Un débil arranque en el mes de octubre los hizo ver de lejos las primeras ocho casillas de la zona, esas que entregan boleto a la postemporada y que, en teoría, deben jugar los hechiceros. Una defensa agrietada pese a la incorporación del centro Dwight Howard fue centro de reclamos dentro de una dinámica en la NBA en la que la ofensiva sigue dando pasos agigantados.
Pero con el pasar de las semanas se fueron equilibrando las cosas a favor de los de Scott Brooks, quienes retomaron el optimismo y entendieron que se trata de una maratón y no una carrera de 100 metros, por lo que había tiempo para ajustarse a lo que viene a continuación.
Sin embargo, la falta de un patrón claro en su juego volvió a darle vida a esos viejos fantasmas que traen las peores noticias y en donde se ha puesto en duda la continuidad del entrenador. Su relación con los jugadores de mayor jerarquía en el vestuario, de acuerdo con varios reportes de la prensa norteamericana, no es la mejor, un caso que no es nuevo en las entrañas de la organización, cuyo antecedente más reciente tiene precisamente a Wall como pieza que confrontó en repetidas ocasiones al centro Marcin Gortat, hoy fuera del equipo.
Con el fracaso como compañero de viaje, también se ha especulado sobre la posibilidad de desmantelar al equipo y ofrecer a sus mejores jugadores como moneda de cambio y así apuntar a una restructuración.
Propuestas en el mercado
Si esto último era lo que estaba en los planes de la gerencia de los Wizards, entonces la operación y ausencia de Wall supone un duro golpe a sus aspiraciones de cambiar la fachada del grupo de trabajo. Ofrecer a un elemento de sus características les da la ventaja de pedir a otra pieza tan buena como él o en su defecto a par de figuras más jóvenes y con buena proyección a futuro, esto con la intención de hacerse más competitivos en los próximos años.
Pero no tenerlo podría tomarse además como un cambio drástico en el rumbo que estos se trazaron. Tanto el base como Otto Porter fueron constantemente mencionados como los jugadores que tenían la puerta de salida abierta, algo similar con Kelly Oubre; no obstante, cuando la versión gris de los Wizards comenzó a tomar color, los rumores fueron disipados rápidamente. Ahora queda poco por hacer y mucho por analizar.
Si el sistema del cambio ya no representa una acción atractiva en las oficinas del Verizon Center, entonces se debe apuntar a una solución momentánea, con alguna pieza de mercado que ayude en los próximos meses a armar el juego dentro del tabloncillo, tarea que no será igual a la que el piloto franquicia desarrolla, pero al menos será vista como una medida de contingencia ante una crisis que parece carecer de todo tipo de límites.
El nuevo líder
Es la hora de Bradley Beal. En ocasiones, un líder se forma bajo la sombra de otros y no es sino largo tiempo después que es capaz de demostrar todos sus dotes. Este, posiblemente, es su caso. Nada que reprocharle al escolta, segundo elemento más importante del equipo y quien ahora asumirá el reto de ser la cara del conjunto de la capital frente a la salida por lesión de su compañero de labores.
La grandeza del puesto dos radica en saber que no se tratas de él la esencia del juego; todo lo contrario, es un contribuyente más de la disciplina, pero cuyo talento bien podría convertirlo eventualmente en un jugador franquicia. No es desplazar a Wall, eclipsar al referente y destruirlo, simplemente es la hora de responder a lo que podría ser un antes y un después en su carrera, una que podría catapultarlo a niveles insospechados según se desenvuelva en el resto de la 2018-2019.
Esta oportunidad valdrá oro para él y también para la gerencia, que en su afán de contar con un cuadro competitivo podría obtener ganancia de un elemento que no se acerca a los mejores pagados de toda la NBA, pero que con sus resoluciones poco tiene que envidiarle a los principales jugadores que noche a noche alumbran la liga.
Si se concreta, un nuevo líder se habrá erigido en la capital de los Estados Unidos y una vez que Wall regrese a plenitud de condiciones, los hechiceros serán un equipo más fuerte que antes, uno que finalmente muestre los dientes y sepa avanzar sin dificultades a los playoffs.