Mauricio Funes y Miguel Menéndez Avelar hicieron una sociedad “criminal” que abusó del dinero del Estado, dice la Fiscalía, tras hallar su rastro como beneficiario en la ruta que siguieron los millones de dólares extras que la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL) dio a la empresa italiana Astaldi luego de pactar en julio de 2012 el fin del contrato de construcción de la presa El Chaparral.
El exmandatario de FMLN ordenó ese arreglo millonario, pese a que contravenía el contrato llave en mano y la ley Lacap, ordenó la creación de sociedades fachada en Panamá para recibir una dádiva de $3.5 millones de Astaldi y utilizó a terceros para que no quedara rastro alguno de su implicación en este delito, concluyó la Fiscalía.
Pero a decir de esta investigación fiscal, el exmandatario falló en su intento y dejó evidencia de haber recibido el millonario soborno de la constructora italiana.
Seis años después de aquel arreglo “ilegal”, como lo calificó la Fiscalía, esta reveló que la autónoma pagó $45 millones de más a Astaldi, pese a que esta había entregado una obra con apenas el 29.28% de avance y acumulaba incumplimientos de contrato, pero que esta cantidad incluyó los $3.5 millones para Funes por ordenar el “arreglo directo” que cerraba el contrato.
El rastro del dinero que siguió la Fiscalía la llevó hasta el exmandatario. Las investigaciones establecen que él no solo ordenó el arreglo ilegal con Astaldi, sino que hizo que su amigo y financista de campaña, Miguel Menéndez, alias Mecafé, adquiriera por él dos empresas en Panamá por medio de las cuales Astaldi le canalizó la dádiva.
Pero no solo eso, según la investigación, fue quien hizo los retiros posteriores del dinero y lo invirtió en proyectos personales y de Ada Mitchell Guzmán Sigüenza, quien fue su amante durante la presidencia y ahora su pareja.
El rastro de un jet
Las investigaciones dicen que un mes antes del arreglo, Funes autorizó un jet privado para que Mecafé y José Leopoldo Samour, a quien habían llevado a la presidencia de la CEL, viajaran a Panamá y compraran una de las dos sociedades “off shore” para canalizar la dádiva.
De este viaje, dice Fiscalía, hicieron que solo quedara registrada la salida e ingreso de la aeronave en El Salvador, más no de Samour y Menéndez. Con lo que no contaron es que aquel movimiento migratorio realizado entre el 10 y 12 de junio de 2012 quedaría registrado en el aeropuerto Albrook de Panamá.
En esa visita, Mecafé compró la sociedad Headford Business S.A. por unos $2,000 a Mossak Fonseca, un bufete panameño que fue cerrado luego de que se revelara cómo sus abogados ayudaron a unos 14,000 clientes a usar paraísos fiscales para ocultar sus riquezas.
Mecafé abrió también una cuenta a nombre de dicha sociedad en el FPB Bank Inc de Panamá, “con el objetivo de recibir los pagos de las negociaciones que estaba realizando en representación del exmandatario con Astaldi”, dice Fiscalía.
Fuente: El Salvador