El presente de John Wall representa una de las peores sensaciones en la carrera del estelar base, quien asumió a final de año su baja por el resto de la campaña al presentar molestias en el talón izquierdo; sin embargo, las malas noticias llegaron en grupo.
Con los Wizards de Washington transitando un difícil camino en el que aún cuentan con opciones de disputar los playoffs, se conoció que el piloto sufrió un accidente en su propia casa y se rompió el tendón de Aquiles izquierdo.
Los golpes sufridos por la organización capitalina en materia de lesiones y malos resultados no tienen un precedente reciente. Un cuadro como este contaba con las herramientas para trascender, sobre todo después de realizar movimientos importantes en el mercado para tapar sus deficiencias y mostrar una mejor cara que la del octavo puesto en la 2017-2018; no obstante, el destino ha tenido otros planes hasta la fecha, obligando a la gerencia y dirigencia a actuar de manera inmediata y con urgencia para poder resolver.
En el caso de Wall, su situación pone en tela de juicio no solo cómo volverá al tabloncillo, también dará inicio a un debate sobre si puede ser usado eventualmente como moneda de cambio.
Las distancias con la agencia libre
En julio de 2017, el base y los hechiceros alcanzaron un acuerdo para firmar una extensión de contrato que entra en vigencia este año y que se tradujo en 170 millones de dólares por cuatro campañas.
La acción no resultó exagerada; todo lo contrario, Wall, al menos fuera del campo minado de las lesiones, lo vale. Hoy en día dentro de un juego rápido y posesiones cortas, la figura del armador cobra mayor peso, siendo guía de sus compañeros en pro de ejecutar con la mayor velocidad posible la ofensiva, creando mayores opciones y tomando atribuciones para buscar la canasta desde el perímetro.
Pero su caso va más allá, pues es uno de los elementos de su posición con mejor equilibrio entre ofensiva y defensa, convirtiéndose en una pesadilla para sus rivales.
Sin él, se pierde una parte importante del juego de los Wizards, pero también se pone sobre la mesa el tema de su continuidad. Esa cifra ahora parece elevada pues un año sin él sería visto como dinero regalado, además de alimentar las dudas sobre si volverá a ser ese enorme base que alguna vez fue.
Con tanto dinero puesto sobre un solo jugador, en Washington deberán hacer malabares si desean contar con opciones para hacerse con los servicios de un gran agente libre en el próximo mercado de verano. En el lapso los ojos estarán puestos sobre piezas como Kevin Durant y posiblemente Kyrie Irving, Kawhi Leonard o Klay Thompson. La competencia por intentar convencerlos de salir de sus actuales franquicias no será fácil y de por medio debe haber dos detalles importantes: presentar una propuesta atractiva en cuanto a resultados positivos y tener una chequera que soporte altas sumas.
Hoy, lamentablemente, en la capital no hay una ni otra razón favorable, por lo que la dirigencia deberá hacer todo lo posible por planificar una temporada 2019-2020 en la que se vea lo mejor de sus jugadores jóvenes, así como el talento y nuevo liderazgo de Bradley Beal para llevar más allá a un cuadro que en la presente campaña aún no baja los brazos pese a afrontar series problemas en varios rubros.
El cambio previsible
Otto Porter abandonó la disciplina con los Wizards en plena ventana de cambios directos entre los equipos y que culminó este 7 de febrero sin mayores sobresaltos, especialmente con Anthony Davis, claramente pretendido por los Lakers de Los Ángeles, aún en las filas de los Pelicans de Nueva Orleans.
El caso de Porter era visto como un salvavidas para la gerencia, pues transar con su ficha era salir de un contrato de 27 millones de dólares, permitiendo buscar para la agencia libre a un elemento de mediana talla en un acuerdo a mediano plazo.
Finalmente fueron los Bulls de Chicago los encargados de abrirle la puerta, mandado a la capital de Estados Unidos a Jabari Parker, Bobby Portis y una elección de segunda ronda de draft.
Así, los aires de reconstrucción empiezan a soplar en el entorno de los Wizards, hoy afectados por la baja de su estrella por otros 12 meses una vez sea operado, una situación que atravesó otro elemento estelar en la liga, DeMarcus Cousins.
Será en 2020 cuando vuelva a la cancha y con él posiblemente nuevos compañeros en la plantilla le den la bienvenida, una segunda oportunidad en la disciplina que ama y con la que espera seguir sumando éxitos, sobre todo a nivel colectivo.