Lanzadores y receptores de los Nacionales de Washington se incorporaron este 12 de febrero a los campos de entrenamientos, primer paso antes de que la plantilla entera esté sobre el campo en puesta a tono para la temporada 2019 de las Grandes Ligas, donde esperan dejar atrás el mal sabor de boca que dejó la campaña 2018, esa que los vio despedirse sin siquiera jugar los playoffs.
Con asignaturas pendientes y la espera de ver el crecimiento de varios peloteros jóvenes, la franquicia capitalina apuesta a una campaña llena de éxito, un nuevo comienzo en el que el pitcheo parte nuevamente como la carta de presentación, rubro en el que esperan apoyarse para trascender.
No obstante, hay una meta que sigue firme: volver a contar con Bruce Harper.
Al momento de la incorporación de lanzadores y caretas al spring training, el jardinero seguí sin acordar un contrato, manteniendo vivas las opciones de su organización de volver a tenerlo en sus filas para el día inaugural.
Mercado pasivo
Podo arrancará cuando Harper selle su pacto con cualquier de las divisas que conforman la gran carpa. El agente libre más cotizado espera tener sobre la mesa una cifra récord en Grandes Ligas: 300 millones de dólares por un largo tiempo vistiendo el mismo uniforme.
Esto representaría la puesta en escena para que Manny Machado, también en el mercado, selle un acuerdo por un poco menos.
Pero volviendo al punto del patrullero, esta fría primavera solo se debe a una cosa y tiene que ver son su agente, Scott Boras. El veterano ha sido apartado por los equipos, quienes han visto como año a año ha sacado jugosos contratos para sus representados, algo que cansó a varias oficinas y que terminó en un boicot implícito que ya se notó en 2018 cuando los Medias Rojas de Boston no cedieron frente a las pretensiones de JD Martinez y aún así lograron atarlo.
Bryce Harper vale 300 millones de dólares y más. Es una de las piezas más importantes de la Major League Baseball, un show en acción juego tras juego, un héroe y referente para nuevas generaciones y alguien que si está lejos de las lesiones asegurará más temprano que tarde un puesto en el Salón de la Fama de Cooperstown. Es el mejor swing del béisbol y uno de los tipos más explosivos en cada herramienta.
Eso lo saben todos, pero un movimiento estrambótico en el plano económico podría generar un desequilibrio entre equipos de alto, mediano y pequeño mercado que será difícil poner orden en el futuro.
Eso limita a los equipos, pero al momento de firmar a semejante elemento puede que alguno haga hasta lo imposible por tenerlo de su lado. Los Filis de Filadelfia se asoman como favoritos, algo que no han escondido desde el año pasado. Los Yanquis de Nueva York lucían como claros pretendientes, pero hasta el momento no ha habido mayor esfuerzo por contar con él. Los Gigantes de San Francisco lo han tentado, pero ofrecerían un contrato por pocos años.
Así, los Nacionales, eventualmente apartados de la discusión, vuelven a meterse de lleno en una lucha en la que tienen la ventaja de hacerle entender de qué van las cosas en la organización.
Más brazos
La dirigencia de los capitalinos puede que se sienta insatisfecha con su cuerpo de pitcheo, pero todo lo contrario, la mentalidad es armarse por todos los francos posibles entendiendo que se trata de una temporada larga y en la que las molestias físicas pueden hacer mella en cualquier miembro de la rotación y el bullpen.
Así, el más reciente movimiento involucró a Jaremy Hellickson, otrora Novato del Año de la Liga Americana con los Rays de Tampa Bay, a quien contrataron por un año y 1.3 millones de dólares.
Con él, una nueva transacción que involucra a un brazo es noticia en la capital estadounidense, luego de la contratación de Patrick Corbin, el zurdo más cotizado entre los abridores del mercado, y el veterano venezolano Aníbal Sánchez.
El cuerpo de abridores parece sobrepoblado, pero se trata de una gran estrategia en la que se espera darle descanso a ciertos elementos y también darle oportunidad a los recientemente contratados de sumarse de vez en cuando al relevo cuando sea necesario.
El 1-2 será conformado por Max Scherzer y Corbin, piezas más que seguras en la rotación.