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Entre la primavera de 1814 y el otoño de 1816, el artista español Francisco de Goya y Lucientes realizó 33 grabados que conforman la serie, “La Tauromaquia”. Dichas piezas han recorrido varias partes del mundo, ahora es el turno de que los salvadoreños las contemplen, gracias a las gestiones de la Fundación Universitaria Iberoamericana (Funiber) y la oficina de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores.

De acuerdo con Romeo Galdámez, director de promoción cultural de la oficina de Asuntos Culturales de Cancillería, la colección posee 200 ediciones, que se consideran originales seriados. La que se expondrá en el país es la edición número ocho y por ello “no pierde autenticidad”, y se resguardará desde mañana hasta el 29 de marzo en el salón Maestro Camilo Minero, del Ministerio de Relaciones Exteriores.

“Si alguien conoce el valor de esta colección y a la vez la responsabilidad que tenemos con ella, apreciará esta muestra. Para nosotros es un gran regalo y una oportunidad histórica”, afirmó Galdámez, quien también señaló que pocas veces se ha tenido el privilegio de tener una exposición de un gran maestro de la historia del arte mundial en dicho recinto diplomático-cultural.

Y es que para aquellos que se deleitan en el arte, Goya es un nombre célebre y bajo su firma se crearon las famosas pinturas: “La maja desnuda”, “La familia de Carlos IV”, “Aníbal vencedor” y “Saturno devorando a un hijo”. Y junto a ellas también se encuentran los grabados, como los de “La Tauromaquia”.

Para Galdámez, la temática en torno a los toros expresa los rituales del ser humano a través de la historia y aunque se pensó en la efervescencia de la “conciencia ecológica”, es su contexto de tradiciones el que debe prevalecer.

El Museo del Prado (Madrid, España) plantea que, más allá del espectáculo taurino representado, el creador quiso expresar una crisis personal a raíz de la experiencia traumática de la guerra o la desesperanza ante la política represiva del régimen de fernandino o, simplemente, encontró en esta popular actividad una forma fácil de vender sus obras ante su pobreza.

Cualquiera que fuese el motivo, Goya dejó labrado su talento en placas de metal, donde dibujó con buril y gran detalle plazas de toros, picaderos, mozos de espadas, espectadores… en fin, imágenes duras sobre esta tradición centenaria.

Fuente: El Salvador

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