El presidente Trump y sus asesores están lanzando una operación gigantesca para su campaña 2020, que combina su mensaje populista de 2016 con una campaña masiva de recolección de datos y un empuje para salir a votar con el objetivo de empequeñecer cualquier esfuerzo anterior de reelección presidencial.
Los asesores de Trump también creen que el reciente giro a la izquierda del Partido Demócrata en una serie de temas, que van desde el empuje a favor de Medicare para todos hasta el propuesto Nuevo Trato Verde, ayudará al presidente y a otros republicanos a concentrarse en el mensaje de Trump de un fuerte crecimiento económico, las restricciones fronterizas nacionalistas y las políticas comerciales de “America First”.
El eslogan de Trump “Make America Great Again” se convertirá, con carteles y cánticos, en “Keep America Great”.
La estrategia del presidente, sin embargo, se basa en un camino arriesgado y relativamente estrecho para la victoria, basado en demonizar al eventual oponente de Trump y en aumentar la participación de sus más ávidos seguidores en Florida, Pensilvania y el Medio Oeste Superior.
Algunos asesores están particularmente preocupados por la persistente impopularidad del presidente entre los votantes femeninos y suburbanos, y temen que sea difícil replicar el resultado de 2016 sin la ex nominada demócrata Hillary Clinton.
Con información de The Washington Post