Los candidatos presidenciales demócratas de 2020 están adoptando el control de armas con más entusiasmo que en cualquier otra campaña, con emotivos llamados en contra de la violencia con armas de fuego y además comprometiéndose a hacer frente a la National Rifle Association.
Al igual que con otros asuntos, el cambio refleja el cambio acelerado del partido hacia los votantes que viven en ciudades y suburbios. Y pronostica una batalla electoral general que podría poner a prueba la oleada liberal del partido frente a un profundo apego a la cultura de las armas en muchas partes del país, incluyendo algunas áreas que los demócratas esperan arrebatarle al presidente Trump.
Tal vez por esa razón, la dinámica no está a la altura del respaldo de los demócratas tan amplios y novedosos como el Green New Deal y Medicare-for-all. En cambio, los candidatos están firmando un mosaico de medidas individuales como la prohibición de las armas de asalto, la verificación de antecedentes universales y la legislación de “bandera roja” que permite a la policía y a los miembros de la familia, solicitar la retirada de las armas de las personas consideradas una amenaza.
Sin embargo, el tono de este grupo de candidatos demócratas es muy diferente al de otros años. En campañas anteriores, incluso un candidato como Bill Clinton, que estaba a favor de las restricciones de armas, destacó su participación en la caza de patos.
Con información de The Washington Post
