Spoilers del quinto episodio.
Arya Stark siempre ha sido uno de los personajes más destacados de Game of Thrones, en el tercer capítulo de la última temporada se comprobó con creces. La menor de las herederas de Invernalia fue una de las grandes protagonistas de la sangrienta batalla y la razón por la cual todos los protagonistas de los siete reinos pueden seguir con vida.
Mientras todos los ojos estaban en Jon Snow y Daenerys Targaryen y las esperanzas de una salvación en lo que ellos pudieran hacer sobre sus dragones, la serie dio un drástico giro cuando Arya mató al tenebroso Rey de la Noche. Así, una corta vida llena de aprendizaje, peleas y sufrimiento cobró todo el sentido.
Arya nunca quiso comportarse como una dama ni como una princesa, sino que desde pequeña soñaba con romper las tradiciones y montar a caballo o combatir como cualquiera de sus hermanos.
El deseo se le cumplió a las malas, pues cuando los Lannister intentaron apresar a todos los Stark, ella logró escapar y comenzó a vivir en la calle. Allí vio morir a su papá y tiempo después logró atestiguar cómo traicionaban a su mamá y a su hermano mayor en la Boda Roja.
Desde entonces, y luego de convertirse en asesina sin rostro (tras un arduo entrenamiento), la niña comenzó a construir una lista de personas de las que desea vengarse. Una a una las ha ido matando y tachando.
Ahora podría tener un nuevo nombre en su lista: Daenerys Targaryen, la madre de dragones. Luego de ver cómo quemó una ciudad llena de gente inocente, aun cuando se habían rendido, incluyendo niños, madres y ancianos, es posible que quiera matarla para evitar una tiranía en Poniente. El desenlace se conocerá el próximo domingo con el episodio final de la serie de televisión.