Si nada más ocurre, todo habrá sido ganancia. Aún sin mandamás de la temporada 2018-2019 de la Liga de Campeones de Europa, los seguidores del fútbol fueron testigos de dos días históricos, con la celebración de la vuelta de las semifinales, instancia que vio al Liverpool y Tottenham Hotspur obtener el boleto al juego por el título del próximo 1 de junio.
Será la segunda vez que dos equipos de la Premier league de Inglaterra se enfrenten en la final, luego del duelo de 2008 que vio ganar al Manchester United en Moscú sobre el Chelsea, etapa que va más allá, pues en la segunda competición de clubes más importante del Viejo Continente, la UEFA Europa League, también habrá representantes británicos, con el Arsenal enfrentando precisamente al Chelsea.
Pero puede que por primera vez en mucho tiempo, tal vez incluso por primera ocasión desde que el torneo se llama Liga de Campeones, el atractivo de la competencia haya quedado atrás y no en el partido por el ansiado trofeo. De antemano vale aclarar podría ser así no porque los finalistas carezcan de nivel, sino porque lo ocurrido en la etapa previa carece de antecedentes, sobre todo entendiendo que fueron dos remontadas en días consecutivos.
Avalancha roja
Empecemos con el Liverpool. Los dirigidos por Jurgen Klopp llegaron a casa con altas responsabilidades. El miércoles 1 de mayo, Barcelona los superó en la ida por 3-0, abultado marcador que no reflejaba necesariamente el dominio del ganador. De esto se aferró el club inglés y en Anfield soltó lo mejor de su juego para demostrar que los goles son solo consecuencias y que los del Camp Nou era más ficticio que real.
Sin dos de sus principales armas, como Roberto Firmino y Mohamed Salah, la montaña lucía alta, pero no era imposible de escalar.
Apenas con seis minutos de juego, Divock Origi agitaba las redes. El atacante belga ponía número en la casa y llenaba de esperanza a los locales, ahora con una tarea menos pesada que antes; no obstante, el marcador no se movió hasta el complemento.
Sin siquiera llegar a la hora de juego, Georginio Wijnaldum los acercaba al milagro con dos dianas que empataban el global de la serie. Primero, pegó al recibir un centro, disparo que el meta blaugrana Marc Andre Ter Stegen logró tocar, pero no desviar del arco. Después, un cabezazo sin adversarios hizo del portero el principal testigo de la anotación para el 3-0.
Todo era bríos en el entorno de los Reds, caso contrario al del Barcelona, hundido en el caos y la amargura de lo que podía ser otro revés traumático tras la despedida inesperada hace un año en cuartos de final ante Roma.
El monólogo local siguió su curso y en la fracción 79, Origi sacó provecho de una acción para el recuerdo, pues en un tiro de esquina no consiguió marca y definió para el beneplácito de los presentes en el mítico estadio inglés. Hoy por hoy siguen lloviendo las críticas sobre la fachada culé, sobre todo por el gol de la eliminación, yerro garrafal que los separó de la gloria.
Triplete brasileño
La segunda llave semifinal encontró en un gol a segundos de su culminación una acción agónica.
Tottenham llegaba con obligaciones a Ámsterdam, donde el Ajax, ese cuadro joven y talentoso, tenía la mayoría de los números a su favor para estar presente el 1 de junio en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid.
Parecía una noche tranquila en territorio holandés, más aun con la ventaja del 0-1 obtenido como visitante una semana atrás, y que fue alimentado tras la ventaja parcial del 2-0 tras 35 minutos de acción en su patio.
Nada veía salir mal, o al menos así lucía para ellos; sin embargo, sus planes se vinieron a menos en cuestión de minutos.
Los Spurs tenían la tarea de marcar en tres oportunidades si querían estar en la final y dos de esos goles llegaron en menos de cinco minutos por intermedio de Lucas Moura, héroe de la visita. Las dianas quedaron registradas en la fracción 55 y 59, generando una presión incalculable para el Ajax.
A solo segundos de que el principal marcara el final de las acciones y con ello el pase a la definición del torneo para los tulipanes, Moura se convirtió inmediatamente en la leyenda del Tottenham al sumar su tercera anotación de la noche y con ella lograr el boleto a la definición.