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La atracción por abrir la puerta de salida a John Wall

Si hace par de temporadas algún equipo de la NBA hubiera tomado el atrevimiento de acercarse a la facha de los Wizards de Washington para preguntar por algún jugador, posiblemente la condición para abrir las puertas fuera contundente: todos menos John Wall.

El base, al menos hace dos años atrás, no solo era la gran referencia de la franquicia capitalina, también lucía como uno de los bases más completos de todo el sistema. Su agresividad de cara al aro lo convertía en uno de los pilotos más difíciles de marcar. Wall no teme a lanzar desde el perímetro y a la media distancia, pero tampoco tiene problemas en atacar el aro. Su rápido juego de pies lo convierte en obstáculo difícil de superar para sus rivales y su visión de la cancha para alimentar a sus compañeros impide amplía las opciones de anotación. Defensivamente, la sombra de sus contrincantes de inicio a fin.

Pero eso, otra vez, era clave hace dos años atrás.

Hoy la historia es diferente. Al puesto uno se le ve cabizbajo, falto de confianza y, sobre todo, frustrado. Lesiones en los últimos cursos lo apartaron del tabloncillo, lo que más ama, de ahí su molestia.

Y su incidencia no es poca cosa. En el entorno de la organización se ha notado su baja. La dirigencia ha intentado hacer de tripas corazón, brindando apoyo a Bradley Beal, quien ha respondido a la altura de las circunstancias, pero la falta de otra pieza de peso en la liga impidió la clasificación a los playoffs de la temporada 2018-2019.

Ahora, entendiendo que Wall estará largo tiempo fuera de acción, en Washington hacen lo impensado y planifican su futuro sin el armador.

La dura tarea

Intentar salir del experimentado basquetbolista es difícil en dos etapas. La primera, por el mero hecho anímico de saber que es una opción la de despedir a quien ha sido su rostro en los últimos años, a excepción del curso aún en juego. La segunda, enamorar a un equipo para tomar a un elemento inactivo y de alto contrato.

En julio de 2017, la gerencia de los hechiceros hizo lo que cualquiera habría hecho con su estrella: blindarla. Para el mencionado calendario, Wall firmó una extensión de contrato por cuatro años y $170 millones, cifra astronómica, pero que un tipo de su rendimiento merecía sin lugar a dudas.

Cuando estampó su rúbrica, venía de jugar su quinto Juego de Estrellas, demostrando que era regular al más alto nivel. Poco o nada que reprocharle.

Pero el presente es distinto, gris y oscuro.

Si antes era imposible verlo con otro uniforme ahora la pregunta es saber cuándo regresará y cómo la hará. Esa pregunta no solo corre por los pasillos del Verizon Center, también es una incógnita en toda la NBA, pue son solo se trata de un percance físico del cuál no se tiene fecha para volver. Su lesión, ubicada en el tendón de Aquiles izquierdo, también irrumpe como un hecho anímico. ¿Cómo estará el estado de ánimo y la confianza de alguien que se sabe frágil?

Los ojos puestos en Beal

Pero el peligro en abrir las puertas de casa como si se tratara de una venta de garaje es que los posibles compradores se fijen en lo que en principio no está en la vitrina. Esto apunta directamente a Beal, quien demostró en la ronda regular ser una pieza que no le teme a los retos, algo que cada coach de la liga busca a diario.

De él se sabía que estaba hecho para grandes cosas, pero no tenía una plataforma para demostrarlo hasta que Wall se lesionó, entonces todo cambió.

Desde el plano individual, el escolta dejó gratas sensaciones no solo en la capital estadounidense, actualmente esa labor en la que cargó con el peso de todo su equipo al punto de hacerlos soñar con una posible clasificación a los playoffs hizo el ruido suficiente para que desde otros puntos de Estados Unidos se planifiquen paquetes para intentar ficharlo.

Desde California nace el mayor interés, según rumores de la prensa local, la cual ubica a los Lakers de Los Ángeles como el cuadro que intentará buscarlo a como dé lugar.

Su precio: Lonzo Ball.

El base, quien hace dos años llegó como uno de los jóvenes más prometedores, no ha explotado como es debido, pero eso no resta esperanza. Lesiones en los tobillos han marginado su regularidad, por lo que aún se espera que pueda aportar mucho.

Sin embargo, en caso de que desde las oficinas esperen conseguir más, podría entrar en juego la cuarta elección del draft 2019, cuyos dueños son los laguneros.

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