Un barco de propiedad japonesa fue atacado justo cuando el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, finalizó una visita de alto riesgo a Teherán con el fin de ayudar a enfriar las hostilidades en la región y para mediar potencialmente en las conversaciones entre EE.UU. e Irán.
El ataque pareció oportuno para debilitar esos esfuerzos, que Abe había llamado “un gran paso adelante para asegurar la paz y la estabilidad en esta región”, informó la agencia de noticias japonesa Kyodo.
Tanto Irán como la 5ª Flota de la Armada de Estados Unidos en Bahrein informaron encontrarse ayudando a los dos barcos, cuyas tripulaciones fueron evacuadas a salvo.
Un segundo buque, propiedad de la noruega Frontlin se encontraba en llamas y a la deriva en el Golfo de Omán, cerca del Estrecho de Hormuz, según un portavoz de la compañía a los medios de comunicación noruegos.
El barco de propiedad japonesa, que transportaba metanol, sufrió daños en su casco.
Por su parte el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohammad Javad Zari declaró este jueves que el ataque tuvo lugar mientras Abe se reunía con el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, para “conversaciones extensas y amistosas”.
Las circunstancias exactas del ataque aún no están claras. Pero el incidente es consecuencia de una operación similar dirigida contra petroleros en la misma zona el mes pasado, un ataque en que las autoridades estadounidenses culparon a Irán.
Funcionarios iraníes niegan su participación en el hecho.
Con información de The Washington Post