En medio de una ola de tensiones, la alta comisionada de Naciones Unidas (ONU) para los derechos humanos, Michelle Bachelet, arribó a Venezuela.
Con una agenda apretada y una breve visita, de tan solo 48 horas, la alta comisionada fue recibida en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía por el viceministro para Temas Multilaterales de La Cancillería, Félix Plasencia; y el secretario ejecutivo para los Derechos Humanos, Larry Devoe.
Tras el recibimiento firmó el libro de invitados al país. Luego salió rumbo a Casa Amarilla, sede de la Cancillería venezolana, a reunirse con Jorge Arreaza, ministro de Relaciones Exteriores del régimen de Nicolás Maduro.
En la Casa Amarilla, la representante de la ONU escuchó las primeras versiones de régimen sobre lo que ocurre en Venezuela.

Jorge Arreaza, canciller del régimen de Maduro, junto con Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidad para los derechos humanos.
En su viaje a Venezuela, la acompañan dos oficiales de derechos humanos, Carlos de la Torre; y su asistente Zara Nuevo y Carmen Domíngues, dos oficiales de seguridad y dos portavoces.
Se sabe que un grupo de funcionarios se quedarán en el país, donde se abrirá una oficina de la alta comisionada de derechos humanos en Venezuela. Igualmente, se espera que el 24 de junio Bachelet presente un informe escrito sobre Venezuela durante la sesión de la ONU de Derechos Humanos, integrada por 47 países.
Aunque la agenda de la alta comisionada no es pública y hay mucha expectativa con su visita, el mayor interés de los venezolanos es mostrar la magnitud y gravedad de la crisis, así como los grandes obstáculos que encuentra justicia en Venezuela, la constante violación de los derechos humanos y la crisis humanitaria.