Las autoridades de inmigración y salud de Estados Unidos, que se enfrentan a lo que dicen que es un choque financiero y logístico, se han apresurado a sacar a cientos de niños migrantes de una estación de la Patrulla Fronteriza superpoblada, después de que los abogados que visitaron las instalaciones la semana pasada describieran escenas de niños enfermos y sucios sin sus padres.
Las supuestas condiciones en la estación de Clint, Tex, suscitaron el espectro de que cientos de niños que habían llegado sin compañía o que habían sido separados de sus parientes, después de cruzar la frontera México-Estados Unidos están siendo expuestos a traumas indebidos adicionales, mientras languidecen durante días o semanas en estaciones de la Patrulla Fronteriza mal equipadas.
Un funcionario de Aduanas y Protección Fronteriza cuestionó las acusaciones este martes, argumentando que los niños detenidos bajo su custodia reciben acceso “continuo” a productos de higiene y alimentos adecuados mientras esperan ser colocados en refugios estadounidenses diseñados para niños.
El funcionario dijo que el organismo estaba trabajando estrechamente con el Departamento de Salud y Servicios Humanos para trasladar a los niños no acompañados a los refugios apropiados y que había reducido el número de niños detenidos en las instalaciones de la Patrulla Fronteriza de 2.600 a menos de 1.000 en la última semana.
El funcionario además declaró a los periodistas que después de trasladar a los niños de las instalaciones de Clint durante el fin de semana, la agencia tuvo que devolver a 100 niños a la estación este martes, debido a la falta de espacio para camas en los refugios de Estados Unidos y a la insuficiencia de fondos para ampliar las instalaciones para niños.
Las condiciones en las instalaciones fronterizas y la falta de camas se han convertido en parte del argumento de la administración Trump para aprobar su solicitud de 4.500 millones de dólares en créditos de emergencia del Congreso, una parte de los cuales está diseñada para financiar el alojamiento de niños no acompañados a través de contratistas privados.
Con información de The Washington Post
