El ciclismo tiene en su cita más importante un galardón diferente. Marcar el campeonato habitualmente está vinculado a un trofeo, el clásico obsequio por saberse ganador de un evento de alto nivel; sin embargo, el Tour de Francia lleva las cosas más allá.

Sí, el torneo entrega al ganador una pieza metálica que pasará a su estante personal; no obstante, lo que realmente dicta el camino del campeón es una prenda que incluso lo acompaña cuando está en lo más alto de la clasificación.

El maillot (camisa, en francés) amarillo, es el símbolo distintivo del que domina la competencia más importante en el mundo de los pedales.

Prensa y patrocinio

Ese hábito que hoy en día adorna al líder del evento tiene un origen que se remonta a 1919. Hace ya 100 años, el Tour volvía a celebrar tras el parón entre 1914 y 1918 que supuso la Primera Guerra Mundial.

La cita ciclística poco a poco tomaba forma y seguidores desde que comenzó a correrse en 1903; sin embargo, el conflicto bélico se tradujo en una suspensión nada deseada. Una vez de vuelta al asfalto, la organización decidió poner sobre la mesa la opción de distinguir al líder por encima del resto de los participantes, usando la tonalidad de las páginas del diario local L’Auto, hoy conocido en todo el mundo como L’Equipe, el cual era patrocinante del campeonato.

El color amarillo adornaba el rotativo y como empresa que fue factor fundamental para dar a conocer todos los detalles de la carrera, las mentes detrás del Tour adoptaron su tonalidad para reconocer al mandamás de los pedales.

Fiesta de colores

Pero no solo se trata del amarillo para enaltecer al líder de la clasificación, otros tonos también se suman para destacar a otro tipo de competidores.

Entre los distintos paisajes que recorres los pedalistas hay inclinadas montañas que subir. No es tarea sencilla y es la que muestra el potencial de muchos en situaciones en las que es la resistencia la que vence a la velocidad.

Dada su importancia, desde 1975 se usa un maillot blanco con lunares rojos para determinar, según los tiempos registrados, al mejor escalador del evento. “El Rey de la Montaña” se distingue desde hace mucho más; no obstante, fue en el mencionado calendario que entró en vigencia la prenda para recordarle al resto quién es el que manda frente a los trayectos de alto desgaste.

Su origen se vincula a Poulain Chocolate, patrocinante por aquel entonces, cuyos envoltorios eran como la pieza descrita.

También existe el maillot verde, la pieza más universal. Este muestra al que mayor puntos obtuvo en la cita, pese a que es el ganador quien muestra más bajo tiempo para completar cada una de las etapas. La tonalidad y modalidad también fue adoptada en otros torneos, brindándole mayor amplitud al reconocimiento.

Así como el maillot de lunares está hecho para mostrar al mejor escalador, este define la regularidad de sus contrincantes, siendo de uso mayoritario para los esprinters y aquellos que hayan contado con la mayor fortaleza para verse en las primeras posiciones con el pasar de los días en el torneo.

Cierra el maillot blanco, el cual pasó por un proceso de transformación para ser el detalle con el cual se le conoce hoy en día.

Antes, la organización destinaba esta prenda para aquel ciclista completo, el que mejores números y tiempos mostrara como esprinter, escalador y también pieza fundamental al bajar el crono; sin embargo, la exigencia propia terminó con un criterio distinto, pero válido y que permite pensar en el futuro de la disciplina.

Desde 1975, el Tour de Francia se lo entrega al mejor competidor menor de 26 años de edad, marcando lo que será a aquellos con altas opciones de coronarse a corto y mediano plazo en el prestigioso evento.

Otras referencias

Además de lo que ocurre en el Tour de Francia con el maillot amarillo, existe otro evento con el cual puede compararse lo que aquí sucede con una prenda de ropa.

En el golf, el Masters es la cita por excelencia de la disciplina, el torneo que todo aspirante quiere ganar. El Major que año a año se celebra en Ohio también cuenta con una valiosa particularidad al momento de determinar a su campeón.

A diferencia del Tour, donde el líder viste de amarillo al culminar la primera jornada, en el campeonato de golf se entrega al culminar la cita un saco verde que diferencia al resto de los participantes. La prenda de ese color la vestían los miembros del club de Augusta para marcar entre ellos y los presentes a los cercanos al sitio.

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