Mónica Silvana González promete no defraudar en su lucha por los derechos de los migrantes, de la comunidad LGBT, afrodescendientes, personas con alguna discapacidad o con creencias distintas a la mayoría, entre otros grupos; tanto en España como en Europa. El 26 de mayo se convirtió en la primera mujer de origen latino en ser electa eurodiputada y el 2 de julio asumió formalmente su cargo con la primera sesión de la Legislatura.
En 1999 emigró a España con el fin de estudiar en la Universidad de Alcalá, donde obtuvo una Especialización en Agencias de Viajes, en la ciudad Alcalá de Henares, ubicada al nordeste de Madrid. Previamente había alcanzado un Diplomado en Turismo por la Universidad Nacional del Nordeste de Argentina.
El Tiempo Latino conversó en exclusiva con González, nacida en Argentina y con una marcada ideología socialista, sobre los retos y expectativas de su gestión para los próximos cinco años como eurodiputada. La legisladora se ha destacado por su lucha en contra de la discriminación y la intolerancia en cualquiera de sus formas: su fuerte para asumir un nuevo reto en el Parlamento Europeo.
—¿Cómo fue su trayectoria en España hasta llegar a ser la primera mujer de origen latino en el Europarlamento?
—Empecé un trabajo de militancia de base, vinculado con los inmigrantes argentinos, colombianos y ecuatorianos que vivían en la ciudad. A los pocos años ingresé en política con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), porque entendía que en ese momento España dejó de ser solo un país de emigrantes y empezó a ser un país de inmigrantes. En 2007 fui la primera concejal inmigrante de Alcalá de Henares, una ciudad grande con más de 200 mil habitantes y patrimonio de la humanidad. A partir de ahí estuve ocho años como concejal en el ayuntamiento de Alcalá. En 2015 tuve el privilegio de ser elegida diputada regional a la Asamblea de Madrid, para representar a los 6,5 millones de madrileños. Con la llegada de Pedro Sánchez a la Secretaria General en 2014 empecé la andadura con el actual presidente de gobierno español, cuando él era concejal en el ayuntamiento de Madrid mientras que yo era concejala en el ayuntamiento de Alcalá. Empezamos un largo camino de militancia.
En 2017 Pedro Sánchez la eligió como secretaria de Movimientos Sociales y Diversidad de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE. González remarca que ese cargo lo tuvo previamente el venezolano Pedro Zerolo, una de las personas más resaltantes en el activismo español por los derechos LGBT.
—Es un honor para mí continuar su legado y toda la obra que él (Pedro Zerolo) comenzó dentro del PSOE. Logró aprobar la Ley de Matrimonio Igualitario hace ya 14 años y también la Ley de Identidad de Género. Quedan pendientes muchas cosas por hacer en España, pero siguiendo su legado estoy convencida de que con el gobierno liderado por Pedro Sánchez y con el magnífico equipo de ministros, por ejemplo, vamos a ser capaces de aprobar la ley de igualdad de trato y no discriminación: para acabar con los casos de discriminación que sufren muchos de nuestro compatriotas por el solo hecho de tener un color de piel diferente, una religión diferente a la mayoría o una orientación sexual o de género diversa. Ese es mi compromiso, ese es mi legado y con ese pasado llego al Parlamento Europeo.
—¿Cuáles son los principios del proyecto de ley de igualdad de trato y no discriminación?
—Este proyecto de ley nació en el año 2007 con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Es una propuesta de ley nacional que se volvió a abordar en la pasada legislatura desde la oposición. Esperamos ahora por el nuevo gobierno, que asuma en la investidura del 22 de julio. Tiene que ver con adaptar el sistema español a la normativa europea de no discriminación y proteger a los colectivos vulnerables: como son la diversidad sexual, la diversidad de género, a los afrodescendientes, a los gitanos, a los latinos. Tiene que ver no solamente con condenar, sino que hay una sanción administrativa. Que pague quien cometa un delito o discrimine. No solamente hay que llevarlo al Código Penal, habrá que trabajar en sensibilización, en prevención y también en asistencia a las víctimas que tienen un trato vejatorio, muchas veces por el avance que hay en la sociedad europea y española en particular de la ultraderecha; y más aun con la llegada del partido VOX al mapa político español.
—¿Qué ideas o propuestas lleva al Parlamento Europeo, qué va a defender y qué va a atacar?
—Al Parlamento Europeo llego con este pasado de defensa de la diversidad, de la igualdad de trato. Pero aquí me gustaría llevar toda la política de cooperación al desarrollo, de ayuda humanitaria en la Comisión de Desarrollo; por lo tanto, una fuerte vinculación y compromiso con Latinoamérica para que ninguno de los fondos de cooperación al desarrollo y de ayuda humanitaria que ha venido recibiendo Latinoamérica en todos estos años se pierda. Ese es mi compromiso a defender: apostar por una política de cooperación seria. Impulsar el Mercosur: entendemos que el tratado que se acuerda a firmar tiene que ser beneficioso para las dos partes y servir para regular de alguna forma un comercio internacional que pueda ejercer también como factor de desarrollo.
—¿Cuáles son los retos que se plantean los eurodiputados del PSOE en la Eurocámara de cara a los próximos cinco años?
—Los socialistas españoles llegamos con mucha fuerza. Hemos ganado todos los procesos electorales, pero fundamentalmente el mejor resultado lo hemos obtenido en las elecciones europeas llegando a 33% del electorado. Por lo tanto, llegamos a Europa con el grupo más fuerte dentro de lo que es la socialdemocracia. Tenemos 20 eurodiputados que nos posicionan en la delegación más fuerte de toda España.
En los comicios de España para elegir a los eurodiputados, el PSOE se alzó con 20 escaños, el Partido Popular con 12, Ciudadanos con 7, Unidas Podemos Cambiar Europa con 6, VOX con 3, Ahora Repúblicas con 3, Lliures per Europa con 2 y la Coalición por una Europa Solidaria con 1.
—Acabamos de votar al presidente del Parlamento Europeo, David-Maria Sassoli, que también viene de nuestro grupo. Es un italiano que proviene del Grupo Socialistas y Demócratas. Nuestro objetivo fundamental de los socialistas españoles es ayudar. Por ejemplo, asegurar un seguro de desempleo común para los 28 estados miembros, un seguro que vivas donde vivas dentro de la UE puedas tener una cobertura ante el tema del desempleo. También tenemos otro objetivo que es garantizar un salario mínimo común. Que vivas en el país que vivas puedas tener un ingreso mínimo y que no existan las diferencias entre algunos países de Europa del este, donde se gana mucho menos en la actualidad. Llevamos adelante una agenda feminista y una agenda ecologista. Que Europa pase por una transición ecológica y deje de depender de productos contaminantes y empiece a trabajar de forma decidida en por ejemplo eliminar el plástico, el consumo de combustibles fósiles, etc.
—¿Cómo hará para que Latinoamérica tenga voz en el Parlamento Europeo?
—Bueno, ya la tiene porque soy la primera mujer de origen latinoamericano en el Parlamento Europeo, por lo tanto, me interesa mucho la relación bilateral y el multilateralismo con Latinoamérica. Me interesa mucho esa voz que también esté presente en el necesario entendimiento entre una poderosa UE y una incipiente unión de los países latinoamericanos.
—¿Cuál es su visión sobre las crisis migratorias, entre ellas de ciudadanos centroamericanos que buscan refugio en Estados Unidos?
—Creo que Europa no puede mirar hacia otro lado, no solamente por la crisis centroamericana hacia Estados Unidos. Me parece desde le punto de vista humanitario una barbaridad que haya una libre circulación de capitales, de cosas, pero sin embargo no exista una mínima regulación humana de lo que son los flujos migratorios. Este problema también lo tenemos en Europa con lo que es África y por eso apostamos por una política decidida de que haya un comisario destinado exclusivamente al desarrollo de África. Mi opinión es que si en Europa somos 500 millones de habitantes, somos más de 28 países miembros, habrá que ordenar y regular para que esta migración no la tengan que soportar solamente los países limítrofes como el caso de España, Italia o Francia; por ello tanto el reto como el desafío está en lograr una política redistributiva: para que estas 50 mil o 60 mil personas que están golpeando la puerta de las fronteras europeas puedan acceder a través de un visado regulado y humanitario.
—¿Cómo observa la crisis política en Venezuela?
—Crisis políticas han existido siempre y el desafío está en ayudar a lograr un entendimiento desde la comunidad internacional, con el respeto a la propia identidad y autonomía de cada país. Por ejemplo, en el tema de Venezuela lograr que realicen unas elecciones lo más pronto posible. Elecciones limpias, que estén supervisadas y auditadas por toda la comunidad internacional. Por lo tanto nosotros nos ofrecemos. Es una figura fundamental la que va a tener Europa, en garantizar un proceso que sea democrático y que pueda devolver la normalidad al pueblo venezolano, que fue tan solidario cuando España era un país de emigrantes.
—Recientemente ha habido un aumento drástico en la cantidad de solicitudes de asilo de venezolanos en España, ¿que propone para procesar las peticiones?
—Yo creo que el gobierno está actuando decididamente. Por ejemplo, se ha ampliando el número de asilos en España con un cierto criterio, porque no se puede dar la condición de asilado a todo el que lo pide. El gobierno ha hecho como una moratoria para el caso venezolano y eso está vigente. Por lo tanto, creo que en estos 10 meses del gobierno de Pedro Sánchez ha dado una muestra de implicarse y de favorecer con las herramientas de acción humanitaria y de asilo dentro de españa. Queda mucho por hacer para que estas personas puedan tener, por ejemplo, un periodo transitorio de una regularización para que trabajen. No todos cubren la condición de asilado pero si entiendo que el caso de Venezuela es un caos que hay que mirarlo en particular y que se necesita una especie de regularización provisoria para que estas personas no estén en la ilegalidad sobrevenida; sino que puedan trabajar de forma digna.
—Esa propuesta ha tenido avance en el gobierno de Pedro Sánchez?
—Así es.
—¿Cree en el diálogo como vía para resolver el conflicto venezolano?
—Por supuesto, creo que la figura de una persona de origen venezolano como es Leopoldo López Gil (uno de los dos primeros eurodiputados de origen latino) en el Parlamento Europeo debería servir para encontrar una política común, un acuerdo ante la causa venezolana y no para dividir. Por lo tanto, yo pido tanto a Ciudadanos como al PP que dejen de un lado las divisiones y crispaciones en otros temas y piensen en el dolor de los miles y miles de personas refugiadas, exiliadas o con otras condiciones que emigran de Venezuela, para que podamos encontrar un consenso.
—¿Cuáles son sus perspectivas económicas y políticas para Argentina, de cara a las próximas elecciones?
—Mis respetos, por supuesto, a todo lo que es la identidad y lo que tiene que ver con la autonomía de las personas que viven en Argentina, sean españoles o no, y fundamentalmente a la ciudadanía argentina que es la que tiene que elegir al próximo residente en octubre. Por lo tanto, primero mis respetos. Yo no milito en ningún partido de argentina, pero sí tengo una ideología socialista marcada, una ideología redistributiva del ingreso, muy vinculada a los derechos sociales, a la redistribución pero también a la decencia de las minorías en la toma de decisiones. Aspiro a que Argentina tenga un cambio que le permita devolver todos esos derechos que fueron extinguidos o mermados en estos últimos años. Aspiro a que haya un cambio serio, con cabeza y fundamentalmente limpiar las instituciones: porque su gran problema, en Latinoamérica en general y en Argentina en particular, es la corrupción desmedida que existió.