Ni bien se cumplió un mes de haber bajado el telón en la temporada 2018-2019 de la NBA cuando los equipos comenzaron a tomar forma para el próximo curso.
Los millones de dólares fueron puestos sobre la mesa para reforzar las plantillas y los nombres más destacados comenzaron a sonar.
Ahora, con la mayoría de los elementos de mercado con nuevos conjuntos, la tendencia es clara: dos figuras rodeadas de generadores de juego para pelear por el trofeo.
Kawhi Leonard y Paul George
El agente libre más deseado se fue, quizás, al cuadro que parecía más débil, los Clippers de Los Ángeles. Las apuestas no daban mucho por ellos, pues el interés de los Lakers de Los Ángeles y Raptors de Toronto parecía eclipsarlos. Pero no se dieron por vencidos y no solo lo sumaron a sus filas, atendieron su petición y consiguieron a uno de los jugadores más importantes del año pasado. Leonard optó por un equipo simple pero con disciplina y George lo siguió. A simple vista, los Clippers entran en la pelea por el campeonato.
LeBron James y Anthony Davis
El cambio esperado. El primer gran movimiento una vez concluida la temporada 2018-2019 se tenía que materializar antes, de hecho; sin embargo, desde Nueva Orleans la gerencia de los Pelicans le puso un obstáculo muy alto a la gerencia de los Lakers para dar marcha a su figura. Davis por fin se unirá a James en California, donde no lograron conseguir a una tercera fuerza mayor pese a contar con los recursos económicos, algo que lamentaron pero que no altera el peso de este cuadro para el próximo torneo.
Kevin Durant y Kyrie Irving
Buenos amigos que se unen para impulsarse en el Este con el nombre de los Nets de Brooklyn en su pecho. Para Durant será su primera incursión en dicha conferencia, mientras que para Irving seguirá siendo su casa. Luego de que este último no tuviera éxito con los Celtics de Boston, decidió cambiar de aires, ahora con un cuadro que luce enorme. El caso de Durant fue llamativo, pues dejó a un lado más de $200 millones en una posible renovación con los Warriors de Golden State para llevar su juego a Nueva York.
James Harden y Russel Westbrook
Entre los movimientos del verano, este fue el más reciente de todos y, tal vez, el más sorpresivo. El base se une a quien fue su compañero en Oklahoma City, franquicia que perdió al que es considerado por muchos el mejor jugador de su historia. Westbrook fue quedando solo gradualmente con el pasar de las zafras. Contó con Serge Ibaka, Harden y Durant, pero no trascendió y una presencia en finales no fue suficiente para establecerse como favoritos en el Oeste. Ahora buscará junto a Harden llegar otra vez a la serie por el título, pero con la camiseta de los Rockets de Houston.
Ben Simmons y Joel Embiid
Presente y futuro. Lo de los elementos de los 76ers de Filadelfia invita a pensar que son dos fuertes piezas con claras opciones de titularse si en Pensilvania mantienen intacto este núcleo. SI a ellos se suma la experiencia de un tipo de la talla del dominicano Al Horford, no habrá manera de dejarlos fuera en la discusión por el cetro de la Conferencia del Este, uno que estuvieron cerca de obtener, llevando la pasada campaña al séptimo y decisivo encuentro a los Raptors. Pero Leonard tuvo la última palabra y con él el boleto de los canadienses a sus primeras finales, donde los guió al título de campeón.
De trío a cuarteto
¿Por qué las piezas de los Warriors no están la lista? Simple, pese a que los de Oakland perdieron peso en las casas de puestas para la temporada 2019-2020, aún cuentan con jugadores sólidos capaces de brindar un ritmo frenético, ese que impusieron hace ya varios años, y que puede llevarlos con menos reflectores a instancias importantes.
De entrada se puede pensar en un Big Three conformado por Stephen Curry, Draymond Green y su nueva pieza, D’Angelo Russell; sin embargo, esperan tener en algún punto del año nuevamente a Klay Thompson, lesionado en las finales.
El reto de Steve Kerr será mantener en cancha a estos cuatro en algún punto del calendario. De suceder y tener éxito, la opción de ver a Russell como moneda de cambio podría quedar a un lado. En caso de abrirle la puerta de salida, podría ser para dar entrada a la franquicia a un hombre que ayude en la pintura.