Un reciente tuit de Alicia Hernan, una esposa, madre y amante de la paz dejó claro sus sentimientos por Trump.
En el mensaje la madre colocó: “Ese estúpido idiota no entiende que al crear a los chicos malos, escupir palabras llenas de odio y crear miedo a los otros, termina extendiendo su mensaje a los fanáticos de todo el mundo”.
Ese tuit del pasado 16 de marzo, dirigido a un congresista hawaiano, no fue obra de una votante estadounidense que desahogó su frustración. El relato de “@AliciaHernan3” era lo que los investigadores llaman un “sock puppet”, un tipo de personaje ficticio en línea utilizado por los rusos cuando querían influir en las elecciones presidenciales de 2016.
Pero fueron los iraníes, no los rusos, quienes crearon @AliciaHernan3, con una foto de una mujer rubia con gafas grandes de marco redondo y un suéter de cuello de tortuga. Fue una de las más de 7mil cuentas falsas de Irán que Twitter cerró este año.
Irán está lejos de ser la única nación que tiene, dentro de sus fronteras, una capacidad sustancial para llevar a cabo operaciones de influencia al estilo ruso en EE.UU. antes de las elecciones del próximo año. Eso significa que es probable que los votantes estadounidenses sean el blanco de más desinformación extranjera que nunca antes.
Con información de The Washington Post